Entre el cúmulo de cambios que debe realizar, el Instituto Nacional Electoral (INE) deja como uno de los pendientes, derivado de la reforma político-electoral, la redistritación en el país, a pesar de que el año entrante habrá elecciones.

En marzo pasado, el Consejo General resolvió que no es factible adecuar la geografía comicial, porque en esas fechas no estaban publicadas las leyes secundarias de la reforma.

Por lo tanto, acordó que los distritos actuales, con origen en 2005, seguirán aplicando para los comicios de junio de 2015 y que la redistritación se posterga para 2018. En ese acuerdo adoptado por el Consejo General se estableció la imposibilidad de cumplir en tiempo y forma con lo que ordena la ley para implementar una nueva distritación federal.

Se argumentó que si el proceso electoral de 2014-2015 se adelantaba a septiembre, para llevar a cabo la jornada el primer domingo de junio, no podría haber modificaciones legales fundamentales una vez iniciado el proceso, y las leyes reglamentarias se aprobaron y publicaron en el Diario Oficial de la Federación el mes pasado.

Además de que la ejecución de la nueva demarcación territorial de los 300 distritos electorales federales uninominales en que se divide el país, y su respectiva cabecera distrital, requiere una serie de actividades, que van desde la aplicación de los cambios en los catálogos de la cartografía electoral federal, hasta la reubicación de la figuras que forman parte de las juntas distritales.