Denuncian creciente autoritarismo de Recep Tayyip Erdogan
Domingo 1º de junio de 2014, p. 23
Estambul, 31 de mayo.
La policía turca dispersó con gases lacrimógenos y cañones de agua a cientos de manifestantes en Estambul y Ankara que se congregaron este sábado para conmemorar el primer aniversario del inicio de las mayores protestas contra el gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan y para denunciar el creciente autoritarismo de las autoridades.
Los uniformados cerraron avenidas y detuvieron el transporte público para impedir el paso hasta la plaza Taksim y el parque Gezi de Estambul, donde los planes del gobierno, de eliminar el área verde e instalar un centro comercial, generaron masivas protestas el año pasado.
Enfrentamientos con la policía se registraron en la calle Istiklal Caddesi, que lleva a la plaza Taksim, donde inconformes esperaban leer una declaración y dejar flores en el jardín en recuerdo de las al menos siete personas que murieron en los disturbios y protestas contra el gobierno.
Pese a todo, un grupo de manifestantes logró una breve concentración para exigir la dimisión del gobierno. De acuerdo con los medios, más de 30 personas fueron detenidas antes de que los agentes desbarataran las protestas.
Erdogan prohibió esta mañana cualquier concentración en torno de la plaza Taksim y amenazó con arrestar a quienes participaran en ellas. Para impedir las movilizaciones fueron desplegados 25 mil policías y 50 carros lanzagua.
También en Ankara, la policía utilizó gas lacrimógeno y cañones de agua contra unos mil manifestantes en la céntrica plaza Kizilay. Los opositores a Erdogan convocaron a manifestaciones en Estambul y en las grandes ciudades de Turquía para la conmemoración de las protestas y denunciar el creciente autoritarismo del gobierno.
El 31 de mayo de 2013, la policía desalojó violentamente el parque de la plaza Taksim, donde cientos de activistas se oponían a la destrucción de la ecología. Estas protestas, alimentadas por la represión, se convirtieron en una oleada de contestación política contra Erdogan, que gobierna el país desde 2003. La represión de esas manifestaciones dejó al menos ocho muertos, más de 8 mil heridos y miles de detenidos.
La tensión política generada en las protestas continúa viva, estimulada por un escándalo de corrupción que salpica al gobierno islamita conservador del Partido de la Justicia y el Desarrollo.