Río de Janeiro, 31 de mayo.

La economía de Brasil –la mayor de América Latina– disminuyó el ritmo de crecimiento en el primer trimestre del año, al avanzar 0.2 por ciento, frente al último periodo de 2013, cuando reportó un aumento de 0.4 por ciento, informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.

En su tasa anual el crecimiento del producto interno bruto (PIB) en el periodo enero-marzo se situó en 1.9 por ciento, según datos de la dependencia.

La agencia Reuters apuntó que la economía brasileña se vio presionada por un desplome de la inversión, reflejo del malestar provocado por disputas laborales y protestas que afronta el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, cuando faltan pocos meses para comicios en que buscará un segundo mandato.

La agencia también destacó que la tendencia en los últimos tres años en la economía brasileña ha sido contracción de la producción fabril, baja de la inversión y un gasto del consumidor estancado. Sin embargo, un buen desempeño de la agricultura y el elevado gasto público a las puertas de la elección de octubre inclinaron la balanza general hacia el modesto crecimiento reportado.

De los tres sectores que conforman el PIB, el sector agropecuario fue el que tuvo un mayor crecimiento (3.6 por ciento) ante el trimestre precedente, mientras que la industria creció 0.8 por ciento en la misma comparación y el sector de servicios avanzó 0.4 por ciento.

El bajo crecimiento entre enero y marzo fue provocado principalmente por la caída de 0.1 por ciento en el consumo de las familias, que hasta el año pasado era el principal motor de la economía brasileña, gracias a la reducción del desempleo y de la pobreza, y al aumento de la renta.

No puedo encontrar nada positivo (en los datos), dijo Bruno Rovai, economista de Barclays. Junto a otros analistas ve que la caída de la confianza entre inversionistas y consumidores, además del alza de los inventarios, posiblemente seguirá debilitando la actividad económica durante 2014 y después.