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Somos parte de la cultura del país, de una tradición, afirma el líder de Sonido Éxtasis

Las autoridades del DF deben facilitar el trabajo de los sonideros

Hoy se rendirá homenaje a Sensación Caney, combo que cumple 23 años, en la Ciudad Deportiva

Serán ocho horas de poder con lo mejor del género: La Changa, Cóndor y Sonorámico, entre otros

 
Periódico La Jornada
Viernes 30 de mayo de 2014, p. 9

Los sonideros somos parte de la cultura de nuestro país y pedimos a las autoridades de la ciudad de México que faciliten nuestro trabajo, pues antes hacíamos las fiestas en la calle y nos lo prohibieron, por lo que ahora sólo nos queda laborar en lugares cerrados, expresó Eduardo Soto, líder de Sensación Caney, de cuyos bafles ha brotado música cascabelera tropicalosa durante 23 años y que hoy será objeto de un homenaje por sus colegas, en un bailongo marca llorarás en la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca.

Serán más de ocho horas de poder sonidero con la crema y nata, lo mejor del género, desde las siete de la noche, y que los organizadores han calificado como histórico. Los accesos serán por las puertas 5 y 6 de la Ciudad Deportiva. Eduardo Soto agregó que el bailongo estará pleno de nostalgia, pues será como un retorno a los bailes masivos. Justamente, en la Ciudad Deportiva se escribieron páginas llenas de gloria para la historia del movimiento sonidero en las décadas pasadas.

El cartel está de lujo: Sonido La Changa, dirigido por Ramón Rojo; Arnulfo Aguilar y su Sonido Cóndor; Pedro Perea, con La Conga; Raúl López, de Sonorámico, y el Sonido Siboney, de Mario Alberto Linares. Más el homenajeado: Sonido Caney.

Una variante de diyéi

Soto precisó que sonidero es un término utilizado en México para designar al animador, propietario de equipos de audio y programador de temas musicales de extracto popular que realizan eventos bailables, tanto en exteriores como en interiores de inmuebles. “En otras palabras, es una variante de un diyéi, que se caracteriza por mandar saludos durante todo el baile y se especializa en música tropical, salsa y otros ritmos latinos. Su principal escenario es la calle. Aunque el término sonidero es genérico, no se sabe quién creó la definición y cae en el dominio popular. Tan sólo puede decirse que comenzó a usarse en los años 70. Originalmente se les llamaba tocadiscos”.

El movimiento se dio en barrios como Tepito y el Peñón de los Baños. Los hermanos Perea, originarios del Peñón de los Baños, en la periferia del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, formaron una disco móvil o sonido, cada uno: Fascinación y Arcoiris, con los cuales exponían elepés de diversos ritmos tropicales de grabaciones realizadas en el Caribe y Sudamérica, principalmente. Esto sería el detonante para la aparición de otros sonideros.

Soto: “Sensación Caney nació en Neza, en la colonia Metropolitana, tercera sección.

“Para mí, un sonidero es aquel que lleva música y alegría a la gente. Trabajamos con equipo convencional y equipo lineal, iluminación robotizada de la más actual, pantallas de led, escenario de estructura profesional, dos tráileres, planta de luz propia y personal profesional.

Lo que más tocamos es salsa, cumbia, guaracha y descarga. Sanamente, tocamos a unos 60 decibeles. El tiro... unos 20-25 metros; un lineal es para 50-100 metros, dependiendo de la altura que le den. También son importantes los tipos de bocinas y bafles. La iluminación es un rayo 5-7R, pero en potencia hablamos de que es un foco de 400 vatios, pero da lo de unos mil 200. Sí... se sigue provocando que se cimbre el corazón con los graves. Las ondas sonoras que se despiden genera que tiemble el cuerpo. Hemos tenido problemas, ¡claro! Una vez, en la San Felipe de Jesús, salió un cuate muy enojado, con pistola. Fue un susto, pero en general la gente entiende, porque los que se divierten son de la misma cuadra.

Sensación Caney se llamó originalmente Sonido Sagitario, pero a un tío fundador le pareció que los nombres de signos zodiacales ya iban de salida.

Más gusto que necesidad

Pedro Valverde, de Sonido Éxtasis y organizador de Producciones Panter, de la colonia Guerrero, que se originó en 1989, comentó que “todavía me tocó poner los tendederos en las calles, como barrera. Todavía traíamos los famosos focos de taquero. Yo me metí a esto por gusto, no por necesidad. Yo y otros comenzamos bailando, cuando estaban los famosos valets. De hecho me aventé un Señorita México. Llegamos a sobresalir un poquito en el baile; de ahí brincamos a las tornamesas, como diyéi, y alternábamos con Patrick Miller, que era de los más fuertes... con Polymarchs. Luego nos metimos más a las cosas de ingeniería, tipos de bocinas, de bafles, audio, cómo aislar. En mi vida he visto muchos proyectos que se quedan en el camino, muchos de calidad. Es que es mucho trabajo y no te debes dejar caer ante los primeros problemas o críticas. En lo legal estamos pasando por una etapa bastante difícil. Antes se cerraba la calle y punto. Llegaba el sonido, ponía los bafles, llegaban las patrullas. Buenas noches, oficial... su chela, véngase a cenar al rato al baile, y ya, no había problema, pero después comenzaron las dificultades y las autoridades exigieron que tramitáramos permisos para trabajar en las calles. Seguimos un tiempo, pero ahora ya no hay permisos para poner un sonido en las calles. Y eso es incluso en la colonia Guerrero. La alternativa que nos dejaron son los salones de baile, pero no es lo mismo. Aparte, en la calle el baile es gratuito. Rentar un salón implica un gasto y hay que agregarlo a la taquilla.

Más que hacer ruido

Pediría a las autoridades que se pusieran a pensar que los sonideros somos parte de una tradición, de los usos y costumbres. Ya formamos parte de una historia, no sólo del Distrito Federal, sino de otros estados, como Guanajuato, San Luis Potosí, Tijuana, Puebla, Hidalgo. Ya estamos llegando hasta el norte. Nos veían como los piojos escandalosos chilangos y ahora nos buscan. Las autoridades deberían entender que no todos somos iguales, pero que sí somos trabajadores. Esto lo hacemos no sólo por el afán de hacer ruido, sino porque es nuestro modo de vida. Contra nosotros influyeron muchas cosas, principalmente la violencia, que repercute en el Distrito Federal todo lo que ha sucedido en Michoacán o Tamaulipas. Eso más la difícil situación económica. Nosotros, que venimos de abajo, del barrio, hemos trabajado vendiendo flores, jugos, comida... tenemos la manera de pensar de que como sea hay que salir adelante. Las autoridades están sentadas en su pedestal.

Venta de boletos en Ciudad Neza: Paletería La Michoacana (a un costado del Palacio); Ecatepec: Centro Cívico (avenida Insurgentes s/n; Tlalnepantla: puesto de periódicos del Deportivo Tlalli; Naucalpan; Discos Ortiz (16 de Septiembre, Centro); Tacubaya: Discos y Sonido César; Ex Balneario Olímpico; Tepito: Discos Benjey; Discos Sonorámico (República de El Salvador); Tizapán de Zaragoza: Discos Sonric’s (colonia San Juan Iztacala).