Óscar Ruvalcaba estrena un programa integrado por tres solos, en el Teatro Legaria
Esa ave es como una respuesta contundente de que debemos remitirnos a veces a la poesía, a la metáfora para entender lo que sucede; me despierta el sentido de milagro, es símbolo de la libertad de existir, explica el bailarín y coreógrafo
También participan Yazmín Rodríguez y Saúl Freyre
Viernes 30 de mayo de 2014, p. 3
El colibrí, que con sus pequeñas alas se mueve con facilidad y precisión, inspiró al bailarín y coreógrafo Óscar Ruvalcaba, quien creó el programa Historias de un cuerpo y un colibrí.
La propuesta consiste en compartir los prodigios del cuerpo humano y celebrar a la danza como un proceso vivo.
El programa, integrado por tres solos, se estrena hoy en el Teatro Legaria de la ciudad de México.
Ruvalcaba se plantea: ¿Qué pasa cuando vemos a la danza como un proceso individual? y ¿cómo es la relación que se entabla con el universo mediante el cuerpo?
“El colibrí –expresa el coreógrafo– es como una respuesta clara y contundente de que hay que remitirse a veces a la poesía, a la metáfora para entender lo que sucede. El colibrí me despierta este sentido de milagro, es símbolo de la voluntad de existir y el cuerpo mismo es un milagro”.
En sus obras, Ruvalcaba busca la inspiración en el cuerpo libre, que se mueve de forma natural, espontánea y expresa emociones internas en cada paso, cada movimiento.
“Lo maravilloso de este proceso vivo que es la danza es el constante cambio, porque lo que aprendiste ayer estuvo bien en su momento, pero hay que moverse a lo siguiente y esto es lo fabuloso de trabajar con algo vivo que es el cuerpo mismo.
Ahora tengo nuevas preguntas que surgen del quehacer de todos los días por mantenerme en contacto con mi cuerpo, escucharlo, preguntarle
, explica el director de la Compañía Danza Contemporánea.
A pesar de que llegará un día en el que ya no pueda bailar, Ruvalcaba asegura que por el momento su materia prima es la experiencia directa con el cuerpo. Tengo necesidad de ponerme todos los días en contacto con él y saber qué respuestas me tiene
.
Maravilloso, actuar en solitario
Con más de 22 años de trayectoria en la danza, Óscar Ruvalcaba sostiene que siempre ha trabajado de manera espontánea, alejado del mercado de las compañías
, guiado por sus impulsos y precisamente en este momento emerge una nueva fuerza que lo llevó a crear tres solos para ahondar en las posibilidades que tiene el cuerpo humano.
“Al bailar con otros –explica Ruvalcaba– se establecen acuerdo que deben ser respetados para que funcione ese cuadro colectivo de una obra en grupo; en los solos, el acuerdo es contigo y lo maravilloso de presentarse en solitario es comprometerse contigo mismo”.
Diálogo intenso y condensado
Historias de un cuerpo y un colibrí es redescubrir y sentir el cuerpo, al tiempo que se recupera su sentido espiritual y religioso. Los solos dancísticos surgen del planteamiento en torno al cuerpo como una encarnación, un milagro.
Para el coreógrafo el solo es un diálogo intenso y condensado, donde el bailarín se encuentra con su propio cuerpo. En esta ocasión escogió a intérpretes que viven la experiencia de manera natural y honesta, porque sus cuerpos transmiten emociones de forma extraordinaria al espectador.
En los solos participa Yazmín Rodríguez, a quien escogió porque en el escenario es totalmente transparente en sus movimientos; es una artista que está en crecimiento, fuerte y espontánea
.
Saúl Freyre también forma parte de Historias de un cuerpo y un colibrí; él es honesto en su ejecución y en el escenario transmite seguridad y fuerza. El tercer bailarín solista es Ruvalcaba, quien comparte otra vez el escenario con grandes artistas.
El programa Historias de un cuerpo y un colibrí, con la compañía independiente Danza Contemporánea, de Óscar Ruvalcaba, se estrena este viernes a las 20 horas en el Teatro Legaria (calzada Legaria s/n, esquina Glorieta Allende, colonia Pensil Norte).
La temporada concluirá el 8 de junio con funciones los viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingo a las 18 horas.