Jueves 29 de mayo de 2014, p. 25
Madrid, 28 de mayo.
Por tercera noche consecutiva, el barrio de Sants, en Barcelona, vivió una batalla campal entre ciudadanos, la mayoría jóvenes vinculados a grupos anarquistas y del movimiento okupa, y agentes antidisturbios de la policía autonómica. El origen del conflicto fue la demolición y desalojo de un mítico centro social okupado
, llamado Can Vives, que tenía 17 años organizando actos culturales en el barrio.
Una sentencia judicial ordenó el desalojo del inmueble, que se había convertido en uno de los símbolos del movimiento okupa de Barcelona y en un lugar de encuentro para actividades culturales y cívicas. El propietario demandó ante la justicia el desaloho del edificio.
Tras la operación se realizaron unas 50 marchas en los principales pueblos y ciudades de Cataluña, en solidaridad con los okupas desalojados y con los seis detenidos durante las acciones de resistencia.
En la tercera noche, alrededor de cuatro mil personas marcharon por el barrio de Sants –en pleno centro de la capital catalana– y permancieron alrededor de dos horas en la principal plaza del barrio. Tras varios avisos de la policía autonómica, se activaron los cañones de sonido, que generan un ruido tan ensordecedor que puede provocar aturdimiento.
Después, los mossos de escuadra se desplegaron mientras los manifestantes gritaban sin cesar policía, fuera del barrio
, al tiempo que colocaban en las calles aledañas botes de basura y mobiliario urbano para utilizarlos como barricadas. Los agentes respondieron con balas de goma, lo que dio inicio a una batalla campal que se prolongó hasta la madrugada.
Al cierre de esta edición, la policía no había informado el número exacto de detenidos.
Las autoridades de la Generalitat de Cataluña y del Ayuntamiento de Barcelona, presidido por Xavier Trias, advirtieron que actuarán con contundencia contra los violentos
.
Los vecinos del barrio y los jóvenes desalojados advirtieron que las movilizaciones seguirán por lo que consideran un ataque a un símbolo del barrio.