José Soledad Briseño, comandante de la Policía Ministerial del Estado de Zacatecas, murió luego de ser secuestrado y torturado por presuntos integrantes de la delincuencia organizada –supuestos miembros del cártel de Sinaloa–, en hechos ocurridos la tarde y noche del lunes pasado. Dos agentes de la corporación que lo acompañaban resultaron gravemente heridos, y fueron hospitalizados.

El procurador de Zacatecas, Arturo Nahle García, informó este martes que el comandante José Soledad Briseño regresaba alrededor de las 15 horas del lunes al municipio de Sombrete de una diligencia judicial realizada en la cabecera municipal de Chalchihuites, junto con dos de sus compañeros de la Policía Ministerial, cuando en la comunidad Gualterio los sorprendió un grupo de aproximadamente 25 pistoleros que les cerraron el paso y los emboscaron.

Los tres ministeriales fueron sometidos por los sicarios, quienes los despojaron de sus armas de cargo, papelería oficial y del vehículo en que viajaban, y se los llevaron consigo con rumbo a Súchil, Durango, y más allá, los internaron en la sierra, según Nahle García.

Indicó que ahí los esperaba otro grupo de pistoleros, todavía más numeroso. Sostuvo que los tres policías padecieron torturas durante más de seis horas, infligidas con todo tipo de objetos, a patadas y con cachas de fusiles.

Alrededor de las 22:30 horas del lunes llegó al sitio un presunto cabecilla de esa célula del cártel de Sinaloa, quien ordenó a sus pistoleros regresar a los tres policías al lugar donde los plagiaron, aunque sin sus armas de cargo ni la papelería que portaban, dijo el procurador.

Acotó que José Soledad Briseño, conocido como El comandante Chole, murió por la gravedad de sus lesiones. Los otros dos policías ministeriales fueron trasladados a un hospital de la capital de Zacatecas, donde se recuperan de las lesiones que sufrieron.

Por otra parte, la Secretaría de Seguridad Pública estatal dio a conocer este martes que la noche del domingo, en el municipio de Ojocaliente, a 35 kilómetros de la capital de Zacatecas, dos policías estatales que se encontraban en su día de descanso fueron atacados a tiros por un comando.

El mayor del Ejército Mexicano Francisco Javier Guerrero y su compañero, cuyo nombre no se divulgó, ambos integrantes activos de la Policía Estatal Preventiva, se retiraban de una reunión en Ojocaliente el domingo por la noche, cuando pistoleros los agredieron a balazos. Guerrero sufrió heridas de gravedad y fue trasladado a la enfermería de la 11 Zona Militar, con sede en la ciudad de Guadalupe, al sur de la zona conurbada de la capital de Zacatecas.