La Pintada, Gro., 26 de mayo.

Con los colores más vivos creados para la brocha gorda, 125 nuevas casas edificadas para sustituir a las sepultadas por el derrumbe de un cerro a causa del huracán Manuel el año pasado fueron entregadas aquí por el presidente Enrique Peña Nieto. Bajo ese alud quedaron también hombres, mujeres, niños, familias enteras.

Hoy, ocho meses después, La Pintada luce muy distinta, pero sus 700 habitantes siguen silenciosos, hablan bajo, lloran todavía.

Agradecidos sí, pero tristes como quedarán para siempre: el 16 de septiembre del año pasado, en plenas fiestas patrias, el cerro se les vino encima. Y sepultó, hoy se sabe oficialmente, a 71 personas, aunque aquí se contabiliza también a los cinco policías federales cuyo helicóptero se estrelló cuando realizaba labores de rescate.

Hoy se levanta un monumento con el nombre de todos ellos, y también en el nuevo parque local se sembró un árbol por cada uno.

Buena parte del pueblo desapareció, y hoy se entregó la primera etapa de la reconstrucción prometida entonces por el jefe del Ejecutivo.

En total, el gobierno federal destinó a la edificación de la nueva La pintada 360 millones de pesos.

Este día también se entregaron, como parte de la reconstrucción, instalaciones educativas –jardín de niños, primaria y telesecundaria–, una cancha de futbol, el centro comunitario, un albergue y una capilla.

Fue aquél, dijo Peña Nieto un momento de tragedia y de dolor el que vivió esta comunidad al ver a sus seres queridos quedar sepultados por el desgajamiento de este cerro. Y se acogió a los recuerdos de su visita el 20 de septiembre, pocos días después del evento: muy poca gente estaba en ese momento; trabajamos para encontrar un grupo de vecinos que pudieran acercarse y dialogar con ellos. Otra buena parte de la comunidad había sido evacuada de este lugar, se la habían llegado a algún albergue (...) y entonces les comprometí que habría de regresar, que apoyaríamos la reconstrucción de La Pintada.

Los datos duros se imponen: para rescatar los cadáveres y poder limpiar el pueblo fueron sacados 600 mil camiones de tierra; 490 habitantes del lugar trabajaron en la reconstrucción y la meta es llegar a un total de 210 viviendas nuevas, pues aunque las desaparecidas por el desgajamiento del cerro fueron 36, se hicieron también para quienes sin perder su casa, perdieron a integrantes de su familia y están por hacerse aquellas que deban mejorarse sustancialmente.

Frente a la capacidad destructiva de la naturaleza, las mujeres y los hombres de Guerrero se sobrepusieron con capacidad constructiva, afirmó el presidente Enrique Peña Nieto, al encabezar la entrega de 125 viviendas nuevas, como parte de la primera etapa de reconstrucción de la comunidad de La Pintada, que el año pasado fue afectada por el huracán ManuelFoto Presidencia

Dos obras nuevas no estaban en la original La Pintada: una caprichosa piscina municipal –como la definió el secretario de la Sedatu, Jorge Carlos Ramírez Marín, encargado de las obras– y la capilla, cuyo altar es réplica fiel de la del Señor del Huerto de Atlacomulco.

Esto último, dijeron las autoridades locales, fue una forma de agradecimiento de los pobladores de La Pintada al presidente Peña, pero quién sabe si ellos saben que esta representación de Cristo es la favorita de aquellos políticos del estado de México, y ante la cual se postran cuando buscan la gubernatura. De todos.

Querían darle algo de corazón (...) es una cosa de la gente, usted se ganó a esta comunidad, explicó Germán Oteiza, de la Constructora Grupo Oro, quien tuvo a su cargo las obras.

Antes, cuando Ramírez Marín había mencionado a todas aquellas instituciones privadas participantes con dinero en los trabajos (la Liga MX, por ejemplo, donó 500 mil dólares y por eso aquí andaba su presidente, Decio de María), también reveló que el propio presidente Peña le había comentado momentos antes que a nombre de usted y su familia pondríamos el techo de esta importantísima iglesia de la comunidad.

El mandatario recorrió uno a uno los nuevos espacios. Escuchó historias como la de Juanita Castro, quien perdió a sus dos hijas, a su hermano y a su padre, y otras igual de dolorosas. No dejaba de asombrarse y de insistir: “La Pintada nos recuerda todo lo que vivió Guerrero con el efecto destructivo del huracán Manuel, pero también da constancia y testimonio de que frente a esta capacidad destructiva de la naturaleza, sus hombres y mujeres se sobrepusieron con la capacidad constructiva para dar vida nuevamente a sus comunidades”.

Peña Nieto voló después hasta la Tierra Caliente. Inauguró ahí el nuevo puente Miguel Alemán que une a Coyuca de Catalán con Ciudad Altamirano. Se cayó también con el huracán. Hoy es más grande que el original –467 metros–, más ancho –cuatro carriles– y más alto –11 metros sobre el nivel del río. Tuvo un costo de 541 millones de pesos.