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Golpe de Estado en Tailandia
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El ejército de Tailandia dio ayer golpe de Estado y tomó el poder tras fracasar los intentos de reconciliación entre el gobierno y la oposición. Disolvió el Ejecutivo, suspendió la Constitución y dispersó a manifestantes de ambos bandos en Bangkok. El jefe del ejército Prayuth Chan-ocha notificó el golpe militar por televisión, anunció un toque de queda nacional de 10 de la noche a 5 de la mañana y prohibió toda concentración de más de cinco personas. En la imagen, soldados someten a un miembro del campamento pro gubernamental camisa rojaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de mayo de 2014, p. 25

Bangkok, 22 de mayo.

El ejército Tailandia tomó este jueves el poder en un golpe de Estado después de que fracasaron los intentos de reconciliación entre el gobierno y la oposición, disolvió el Ejecutivo, suspendió la Constitución y dispersó a manifestantes de ambos lados del espectro político que se habían concentrado en Bangkok.

El jefe del ejército Prayuth Chan-ocha notificó el golpe militar en una declaración transmitida por la televisión nacional, tras lo cual anunció un toque de queda nacional de 10 de la noche a 5 de la mañana, prohibió toda concentración de más de cinco personas y ordenó a los manifestantes de ambos bandos que regresaran a sus casas.

Flanqueado por los comandantes de las fuerzas armadas, Prayuth dijo que el objetivo del golpe era recuperar rápidamente la normalidad, reformar los sistemas políticos y económicos, y otorgar igualdad a cada bando. El ejército tomó el poder para reformar las instituciones políticas y restaurar la unidad en el país. Ha sido necesario para evitar más violencia, muertes y daños a la propiedad tras meses de convulsión política, indicó el militar.

También se ordenó al primer ministro derrocado Niwattumrong Boonsongpaisan y otros 17 funcionarios de gobierno presentarse inmediatamente ante la nueva comisión militar gobernante, que tomó el nombre de Consejo Nacional para el Mantenimiento de la Paz y del Orden, y que estará encabezada por el propio Prayuth.

La ley marcial, decretada el martes pasado por el ejército para, dijo, forzar el diálogo con los actores civiles de la crisis política, seguirá vigente. En su confrontación, el gobierno insistía en que se celebraran elecciones, mientras que la oposición quería un consejo no elegido que asumiera los asuntos de gobierno e hiciera reformas antes de volver a las urnas.

Los soldados mantenían una presencia discreta en el centro de la capital, pero hacia la hora del toque de queda, empezaron a desviar el tráfico en las intersecciones principales y bloquear con vehículos blindados algunas de las arterias principales. Pedimos al público que no caiga en el pánico y continúe con su vida normalmente, dijo Prayuth, y añadió que las fuerzas armadas darán protección a los extranjeros.

Este fue el golpe de estado número 12 desde que la monarquía absoluta de Tailandia llegó a su fin en 1932. Desde hace más de siete años, el país ha sido presa de una inestabilidad política y el más reciente periodo de agitación comenzó en noviembre, cuando manifestantes salieron a la calle para pedir la salida de la anterior primera ministra Yingluck Shinawatra, a quien acusaban de ser una marioneta de su hermano Taksin, quien fue derrocado en 2006 por los militares y ahora vive en un exilio autoimpuesto para evitar ser condenado por corrupción.

El golpe de Estado militar en Tailandia generó la condena internacional, y Estados Unidos dijo que revisaría su ayuda militar y otros acuerdos con su aliado en el sudeste asiático. No hay justificación para este golpe de Estado militar, señaló el secretario de Estado John Kerry.

Este acto tendrá consecuencias negativas para la relación estadunidense-tailandesa, especialmente para nuestra relación con el ejército tailandés. Estamos revisando nuestros compromisos militares y otras ayudas, en concordancia con la ley estadunidense, agregó.

Kerry se mostró preocupado por los reportes de que importantes líderes de los partidos más grandes de Tailandia fueron detenidos y pidió su liberación. También exhortó a la restauración inmediata de un gobierno civil y el levantamiento de los vetos a la prensa.

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, dijo estar gravemente preocupado por el golpe militar y llamó a un pronto retorno a un mandato democrático, civil y constitucional y un diálogo inclusivo que allane el camino a la paz y prosperidad a largo plazo en Tailandia.

Países europeos y asiáticos expresaron preocupación por el golpe de Estado, Alemania, Francia y Gran Bretaña emitieron declaraciones de condena, y el canciller japonés calificó los hechos como lamentables.