Diputados locales y federales demandaron a la Secretaría de Educación Pública (SEP) impulsar la instalación de buzones de denuncia, establezca un protocolo de actuación preventivo y elabore un cuadernillo que permita identificar los síntomas de los alumnos que son víctimas de acoso escolar (bullying).

Tras criticar que el titular de la SEP, Emilio Chuayffet Chemor ,haya reconocido un aumento de casos de acoso escolar, pero anunció que apenas en noviembre la dependencia a su cargo pondrá en marcga un programa experimental para prevenir y combatir ese problema, los diputados locales Esthela Damián Peralta, Efraín Morales, Daniel Ordóñez, así como el diputado federal Carlos Augusto Morales, plantearon que la gravedad de lo ocurrido en Tamaulipas en torno al caso del menor Héctor Alejandro Méndez Ramírez, de 12 años, quien falleció a consecuencia del traumatismo craneoencefálico que le provocaron cuatro compañeros tras aventarlo contra una pared en una secundaria, obliga a adoptar acciones urgentes y no limitarse a pedir un informe a las autoridades educativas de aquella entidad.

Aseguraron que con la instalación de buzones en todos los planteles de educación básica, los estudiantes podrían denunciar casos de acoso escolar, y una vez presentada la queja, las autoridades estarán en posibilidad de determinar las acciones a seguir en caso de que se compruebe que hubo abuso o negligencia.

Además, exhortaron a la SEP a trabajar de manera intensa en este tema, no sólo en la concientización hacia los niños para que no tengan miedo a denunciar el acoso, sino también con los padres de familia para que aprendan a detectar los síntomas, capacitar a los maestros para la oportuna detección de situaciones de riesgo en el aula y cuenten con las herramientas necesarias para resolver el conflicto.

Apremiaron a establecer un protocolo que permita identificar y atender preventivamente este problema, para que los maestros puedan incluso recibir apoyo de alguna área de la SEP.

También propusieron distribuir cuadernillos que permitan a los padres de familia identificar los síntomas de los estudiantes que son víctimas, entre éstos una baja autoestima, pérdida de interés por los estudios, trastornos emocionales, problemas sicosomáticos, depresión, ansiedad y pensamientos suicidas, entre otros.