La competencia por subir es todos los días
Miércoles 21 de mayo de 2014, p. 38
Diariamente, ingresar a los vagones de la línea 1 del Metro, también llamada línea rosa, se convierte en una lucha cuerpo a cuerpo, donde gana el más hábil o bravucón, sin importar el sexo, señalaron usuarios.
Desde las 7 horas, en la estación Pantitlán, el andén con dirección a Observatorio se ve abarrotado de gente que espera la salida de un tren, lo cual llega a demorar hasta cinco minutos, lo que provoca que los policías dosifiquen el ingreso de usuarios.
Los problemas aumentan conforme se acerca la hora de entrada de los niños a la escuela. Los apretones, empujones y gritos se suceden para entrar al vagón, cuyas puertas no cierran, pues los vagoneros quieren aprovechar también la gran cantidad de gente para vender.
La activación de la palanca de seguridad, al quedar prensada alguna persona o vendedor, obliga al tren a mantenerse en la estación, mientras el conductor solicita apoyo a uno de los policías que se encuentran en el andén, para desactivarla y continuar su trayecto.
Los chiflidos y frases malsonantes no se hacen esperar: ¡Chingada madre, otra vez no llegué; me van a regresar, carajo!
Cada vez este Metro está de la fregada, ni levantarte más temprano hará que cheques a tiempo
, comentan usuarios, cuyos cuerpos están casi fuera del vagón”.
Consideraron que la ampliación de la línea 12, de Mixcoac a Observatorio, y la 9, de Pantitlán a Tacubaya, llegando también a Observatorio, como anunciaron las autoridades capitalinas, ayudará un chingo, porque así habrá más alternativas para la gente que viene del oriente de la ciudad
.
Sin embargo, mientras esto no suceda seguiremos peleando para entrar a los vagones, pues si no lo haces, te puedes quedar hasta 15 minutos esperando en el andén, a ver cuándo lo logras. Es una competencia de obstáculos la que libramos todos los días, porque el Metro ya no es suficiente
, coincidieron algunos pasajeros.