En Escuinapa la cultura machista está muy arraigada
, señala Rosa Icela Medina
Domingo 18 de mayo de 2014, p. 11
Por ser mujer, Rosa Icela Medina Eusquiano fue impedida de participar el año pasado como candidata a una diputación local por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Sinaloa, por lo cual presentó una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En entrevista con La Jornada, Medina, abogada y especialista en temas de derechos humanos y constitucionales, explicó que en abril de 2013 se registró como precandidata a diputada por el distrito 23, correspondiente al municipio de Escuinapa, para lo cual reunió firmas de militantes y líderes de las organizaciones cercanas al PRI.
Luego de cumplir con los requisitos para el cargo, el 27 de abril de ese año recibió su dictamen de aprobación como precandidata, al igual que el médico Víctor Díaz Simental, y ambos tendrían que participar en una asamblea dos días después para definir al ganador.
No obstante, lamentó Medina, el encuentro regional se efectuó un día antes, sin avisarle a ella, y aunque finalmente se enteró –logrando entrar por la fuerza a la sede donde se llevó a cabo el acto–, ya no pudo ser registrada como aspirante a la diputación local de Escuinapa.
Me quitaron mi derecho a votar y ser votada. Todo ello en un ambiente en el que fui humillada, vejada y discriminada públicamente, como si no tuviera valor alguno y la dignidad humana no existiera. También fueron discriminados algunos líderes campesinos porque sabían que tenían simpatía con mi participación
, subrayó la militante priísta.
Luego de agotar en México todos los recursos jurídicos para alcanzar la justicia y la reparación del daño, incluidas quejas ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Medina Eusquiano acudió en marzo pasado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para denunciar al Estado mexicano.
En Escuinapa, como en muchos lugares del país, esas políticas de perspectiva de género que México se compromete a impulsar no han llegado. Aquí, el PRI nunca ha tenido una candidata, a presidente municipal o a senadora, porque la cultura machista está muy arraigada
, deploró.
Exigua
participación política del género femenino
Consultada sobre este tema, la politóloga Martha Singer, coordinadora del Centro de Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, consideró que el caso de Rosa Icela Medina es un ejemplo más de la exigua
participación política del género femenino en el país.
De acuerdo con un estudio reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, recordó, en el Senado sólo hay 30 por ciento de legisladoras en promedio, lo mismo que en la Cámara de Diputados, donde ni siquiera los partidos de izquierda proponen a más integrantes del género femenino a esos cargos.
En ese mismo sentido, añadió la especialista, las mujeres que ya están en el Congreso suelen ser incluidas en las comisiones que no tienen el mayor peso en la vida política del país, como los dedicados a salud y grupos vulnerables, pero siguen estando excluidas de grupos legislativos encargados del presupuesto, la seguridad o ciencia y tecnología.
Al naturalizar
esta situación debido a la cultura machista del país, puntualizó Singer, se excluye a poco más de la mitad de población de los espacios donde se decide el futuro de la sociedad.