La reciente entrega de oficios de salida por parte de México a más de mil migrantes centroamericanos que solicitan tránsito libre por nuestro país molestó al gobierno de Estados Unidos. Al mismo tiempo que las autoridades mexicanas conocieron esa inquietud, el vecino del norte les informó que pretende utilizar los 27 puntos de repatriación habilitados actualmente para devolver a connacionales, de acuerdo con fuentes de la Secretaría de Gobernación (SG).

Es decir, no sólo los nueve módulos de repatriación humana habilitados con mejores condiciones para atender a los paisanos, sino todos aquellos lugares de recepción existentes, a lo largo de la frontera común, algunos de los cuales están en zonas consideradas de alto riesgo para la seguridad de los migrantes.

La inconformidad del gobierno estadunidense se originó el mes pasado cuando la subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación se reunió con migrantes centroamericanos y autorizó la expedición de mil 31 órdenes de salida, (con vigencia de un mes), opción prevista en el artículo 148 del Reglamento de la Ley de Migración.

La autorización, por 30 días

Estos documentos son identificados como oficios que, en los hechos, funcionan como autorización para que extranjeros en determinada condición regresen a su país o sigan su objetivo original, sin ser molestados por la autoridad.

Datos recabados con funcionarios federales indican que de ese número de oficios expedidos, 730 fueron utilizados por centroamericanos (integrantes de la caravana Viacrucis del Migrante) para avanzar hacia el norte, con la intención de llegar a Estados Unidos.

Simultáneamente, de acuerdo con fuentes de alto nivel de la SG, Estados Unidos pretende que la acción cotidiana de deportación de mexicanos sea a través de todos los puntos existentes y no sólo en los nueve clasificados por esta dependencia como módulos de repatriación humana.

En estos módulos (dos en Baja California e igual número en Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, y uno en Sonora) existe una estructura de atención multinstitucional en coordinación con la iniciativa privada y organizaciones civiles, para dar a los paisanos una recepción ordenada, además de alternativas de empleo, comunicación, transporte, alimentación y salud, y programas para atender a menores.

En el sexenio pasado, debido al aumento de la violencia en los estados fronterizos, el gobierno federal solicitó a Washington que las repatriaciones se hicieran con estricto apego a los memorandos bilaterales, a fin de tener un orden en cuanto a horarios y lugares preferentes para las mismas.

Por ejemplo, en algún periodo se pidió que las repatriaciones no se hicieran por Tamaulipas (donde era común la agresión y secuestros de migrantes), por lo que resultaba mejor alternativa regresar a los mexicanos por Baja California

La posibilidad de recibir a los mexicanos por todos los puntos y no sólo por los módulos de repatriación humana pondría en riesgo a los paisanos, porque no habría un esquema deseable de atención y de protección para ellos. Es evidente que hay molestia en las autoridades estadunidenses, comentaron las fuentes gubernamentales consultadas.

En 2011, Estados Unidos repatrió a 379 mil 589 mexicanos; un año después la cifra bajó ligeramente (369 mil 492), y en 2013 se reportan 332 mil 862: 301 mil 47 hombres y 31 mil 818 mujeres. Por edad, el Instituto Nacional de Migración (INM) indica que se recibieron 14 mil 625 menores de 18 años, de los cuales la mayoría eran varones.

La SG impulsa un programa de atención, en especial para jóvenes repatriados, y se propone fortalecer la coordinación interinstitucional e intersecretarial para incorporar a los mexicanos y sus familias a los programas que les permitan una reincorporación digna a sus comunidades de origen.

El diálogo de los temas migratorios se realiza al más alto nivel entre funcionarios de la SG y del departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos.

En cuanto a los oficios de salida, los representantes mexicanos explicaron que se otorgaron de manera extraordinaria a centroamericanos y como parte de una acción humanitaria. Afirmaron que no deberá tomarse como práctica común o que siente precedente porque México no es un país de libre tránsito, sino regulado por una ley y reglamento de migración.

Sin embargo, los estadunidenses –añadieron los funcionarios– protestaron por la entrega de oficios.