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Bajo la Lupa

La ecuación 2, 2, 2, 1 del Pentágono reconoce a Rusia y China como pesos pesados

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Militantes pro rusos avanzan hacia sus posiciones para enfrentar a las tropas del gobierno ucranio en las afueras de SlavianskFoto Ap
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na de las consecuencias de las sanciones de Occidente a Rusia es la profundización de los lazos de Moscú con China e India, la cual toma un giro dramático con el uso de la carta geoenergética por el presidente Vlady Putin (http://www.jornada.unam.mx/2014/05/14/opinion/024o1pol).

Una gran parte de los locuaces cuan pugnaces civiles de la clase política de Estados Unidos –no se diga sus desinformadores multimedia– no están actualizados como sus militares, quienes manifiestan profundo respeto balístico hacia Rusia y China.

El jefe de las Fuerzas Conjuntas de Estados Unidos, general Martin Dempsey, impartió la conferencia Defensa disruptiva: seguridad dinámica en la era de las nuevas tecnologías (http://www.atlanticcouncil.org/news/transcripts/transcript-gen-martin-dempsey-at-disrupting-defense) en The Atlantic Council – think tank con sede en Washington, vincu­lado al Partido Republicano y a la OTAN–, seis días antes de la trascendental visita del 20 y 21 de mayo del zar geoenergético global Vlady Putin a Shanghai.

En su relevante intervención, Martin Dempsey sentenció que Rusia y China son hoy dos pesos pesados globales, que influyen en las decisiones estratégicas sobre los desafíos globales en seguridad. ¡Ni más ni menos que el nuevo orden geoestratégico tripolar esbozado por Bajo la Lupa (http://www.jornada.unam.mx/2012/08/01/opinion/020o1pol)!

El máximo general de carrera de Estados Unidos reveló el nuevo paradigma de seguridad de su país mediante la ecuación nemotécnica 2, 2, 2, 1, que significa: “dos pesos pesados (Rusia y China); dos pesos medianos (Irán y Norcorea); dos redes (Al Qaeda y el crimen trasnacional organizado) y un sistema (ciberseguridad).

Aduce que la red de Al Qaeda y sus afiliados van desde Afganistán, Pakistán, atraviesan la península arábiga, la parte oriental de Siria, la región occidental de Irak, Yemen, Somalia, norte de Africa y África occidental, pasando por Nigeria.

Estados Unidos “usa diferentes instrumentos de poder –diplomáticos, económicos y militares– si trata con una nación-Estado, o con un peso mediano que aspira a tener mayor influencia de lo permitido, y que puede ser canalla de tiempo en tiempo”. Externó que las dos redes no estatales no responden al género de presión de las naciones-Estado.

Cuando el ejército de Estados Unidos se ha vuelto muy tecno-dependiente de la ciberseguridad, considera que existen dos temas que le preocupan al respecto: 1) la falta de preparación de Estados Unidos ante un ciberataque, en particular, al sector financiero; y 2) la corrupción de los datos (precisión, navegación y tiempo), que ocasiona la pérdida de confianza en los sistemas operativos.

Por cierto, China es una potencia nada desdeñable en ofensiva cibernética (http://actualidad.rt.com/actualidad/view/128069-cinco-armas-chinas-mayor-peligro-eeuu).

Juzga que en la perspectiva militar la corrupción de los datos es más alarmante (sic) que la negación de los datos.

Elaboró que cada actor, sea adversario o potencial adversario, requiere un abordaje diferente ya que cada uno responderá en forma muy diferente a los diversos tipos de presión.

Dos características fundamentales del nuevo militarismo de Estados Unidos son la agilidad y la innovación.

Martin Dempsey anunció que se encontrará en Bruselas en una reunión de la OTAN, en sincronía de la visita histórica de Putin a China, y juzga que el atlantismo se encuentra en una crítica encrucijada debido a la situación en Ucrania, por lo que debe reconsiderar su flanco sureño (Portugal, España, Italia y Grecia), que está íntimamente ligado al Medio Oriente y Norte de África, cuyos temas (sic) podrían cambiar profundamente la vida de Europa, no sólo la parte sureña, sino también el norte y su parte central.

A mi juicio, pareciera que Europa peligra por todos lados. ¿Se habrán percatado de la fantasmagórica espada de Damocles de Al Qaeda en Alemania y Francia?

En referencia a una pregunta sobre la situación en Ucrania adujo que le compete a la OTAN, quien debe estar más preocupada, mientras Estados Unidos usa el instrumento de poder económico en forma diferente como persuasión y castigo.

Se detecta que el general no se encuentra muy convencido de las sanciones económicas después de haber convocado a un grupo de economistas quienes no supieron explicarle cuáles eran los riesgos inherentes para aplicarlas como instrumento de poder cuando Estados Unidos tiene una clara imagen de la capacidad de las fuerzas militares de Rusia con el agregado de Putin (su sicología), ya que una gran proporción de la población rusa está dispuesta a enderezar (sic) las desviaciones de la fase temprana de la pasada década del siglo XX.

Sobre la aportación teórica de los convocados economistas, comenta que si vamos a usar los instrumentos (sic) de poder en forma diferente en el futuro, entonces debemos recalcular nuestros modelos de riesgo.

Juzga que la más persuasiva descripción que tiene de Vladimir Putin es su deseo por un legado personal y el bienestar económico de Rusia.

El máximo general de Estados Unidos tenía en mente los nuevos instrumentos militares no convencionales de Rusia, que disuaden a cualquiera.

Ante una pregunta de Leandra Bernstein, de Ria Novosti, Martin Dempsey comentó que Estados Unidos “no debe regresar a una guerra fría con Rusia”, ya que existe un mayor número de temas en los que Estados Unidos colabora con ellos, el futuro del Ártico, acciones contra narcóticos, contra piratería, y el espacio, por lo que se debe buscar un común denominador.

Aduce que el peor escenario con Rusia es el retorno a la guerra fría y el despliegue de fuerzas en el Báltico y Polonia, debido a los sucesos en Ucrania, al unísono de otras disrupciones en geopolítica.

Arguye que la globalización no ha tenido los mismos efectos de la estrategia de la guerra fría, que fue muy estable: contención hasta que la Unión Soviética cambió por su propio acuerdo (TBP, 15/5/14).

Martin Dempsey se reunió con su homólogo chino después de su conferencia, con quien luego estuvo el siguiente día entero en la Universidad de Defensa Nacional. ¡A tomar nota!

Martin Dempsey deja atrás el pasado cuando nuevos instrumentos (¡supersic!) se requieren para manejar dinámicamente un mayor ambiente de compleja seguridad –eco del ensayo en Quadrennial Defense Review de 2004– y teme que Estados Unidos no pueda innovar lo suficientemente rápido ante los nuevos desafíos.

Pese a la inestabilidad política, Martin Dempsey considera que Estados Unidos tiene plazo hasta 2025 y aún no necesita realizar cambios disruptivos, ya que tiene un ejército notablemente bueno para conflictos grandes y pequeños y que el recorte presupuestal para disminuir los costos del Pentágono –en soldados, sus excesos y su infraestructura– tiene como finalidad innovar con una mayor agilidad en las fuerzas de despliegue de avanzada que provean una presencia dinámica donde más se requiera en ultramar.

Ahora el ejército de Estados Unidos necesita hacer menos con menos, pero no menos bien, por lo que debe pensar seriamente cómo jerarquizar.

Llamó la atención que no abordara el controvertido pivote de Obama para cercar a China y sólo se enfocara en Rusia, con la que no desea ir tan lejos como los daltónicos economistas con ínfulas de verdugo citados a su oficina del Pentágono.

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