Natal, 16 de mayo.

Adriana de Morais recorre incansable las calles y discotecas de esta ciudad brasileña a las puertas de la Copa del Mundo. Funcionaria de los juzgados de menores, tiene junto a su equipo la misión de rescatar a niños y adolescentes atraídos a la prostitución.

Brasil busca atacar de frente la explotación sexual y el tráfico de menores, que cuenta con un historial lamentable en el país y que se teme podría empeorar durante el Mundial que comienza el 12 de junio en Natal y otras 11 ciudades brasileñas.

Existe una preocupación en relación con la justa porque hay mucha gente que viene de fuera en busca de turismo sexual, dice De Morais.

Tainá es la protagonista de uno de esos casos. Comenzó en la prostitución a los 10 años. Mi compañera y yo íbamos a Ponta Negra (un barrio turístico de Natal), esperábamos que los coches pararan y nos subíamos. Muchos eran extranjeros, explica la joven que hoy tiene 18 años.

Narra cómo ha dejado la prostitución y estudia hotelería gracias al programa gubernamental Vira Vida (Cambia de Vida).

Brasil carece de datos sobre la explotación sexual infantil, pero apenas en 2013, el teléfono Disque 100 del gobierno recibió 124 mil denuncias de violaciones de derechos de menores, de los cuales 26 por ciento es de violencia sexual.

Un buen porcentaje de las denuncias se concentra en el pobre y turístico noreste del país, durante años un puerto de extranjeros en busca de niñas y jovencitas atraídas por la esperanza de escapar de la miseria.

El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff –ex guerrillera en la dictadura– ha emprendido en los años recientes una cruzada contra la violencia de género, la explotación sexual de menores y el tráfico para la prostitución. Al acercarse la Copa del Mundo, autoridades, ONGs y empresas han lanzado masivas campañas.

Un gran evento atrae factores que aumentan el riesgo para los menores. Tenemos un incremento de turistas y del consumo de alcohol, en un momento en que los niños no estarán en la escuela porque serán vacaciones escolares, explica Tatiana Akabane, de la ONG Childhood, que intenta aplicar en Brasil las experiencias de los mundiales de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010.

Brasil espera la llegada de 600 mil turistas extranjeros y el desplazamiento interno de 3 millones de brasileños por las 12 ciudades sede del Mundial. Muchos llegan de Europa y los programas de prevención los apoya, dice la embajadora de la UE en Brasil, Ana Paula Zacarias.

El gobierno también vigila Internet y publicidades que vinculen a Brasil con sexo. En febrero pasado ventiló su ira contra unas camisetas de Adidas que fueron finalmente retiradas de la venta.

En una de ellas había un corazón que decía: I Love Brazil (sugería las nalgas de una mujer en tanga). En otra, una mujer en bikini y balón en mano decía Looking to score (esperando marcar un gol).

Brasil está feliz de recibir turistas que llegarán a la Copa, pero también está listo para combatir el turismo sexual, reaccionó Rousseff en su cuenta de Twitter.

En tanto, prostitutas y prostitutos reclaman su derecho a beneficiarse de la masiva afluencia de turistas y se oponen a los términos de la presidenta al condenar el turismo sexual.

Si habrá más turistas y todos van a ganar con eso; los hoteles, las aerolíneas, los comercios, ¿por qué no pueden ganar también las prostitutas?, dijo Roberto Chateaubriand, coordinador de la organización Davida (De la vida), que promueve los derechos de las prostitutas.

Error dar a Qatar el Mundial

Lausana.

Por otro lado, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, admitió que fue un error haber concedido la organización del Mundial 2022 a Qatar.

A ocho años de su inicio, el debate toma amplitud porque las temperaturas en ese país del Golfo Pérsico alcanzan en verano entre 40 y 50 grados centígrados.

Como usted sabe, todos cometen errores en la vida, expresó el dirigente, quien admitió que es más que probable que el torneo se realice a fin de año.

En tanto, la presidenta Rousseff garantizó que las protestas en Brasil contra el Mundial no afectarán a ninguna de las 32 selecciones asistentes ni a miembros de la FIFA. Descartó que vaya a haber disturbios como en la Copa Confederaciones de 2013, porque los manifestantes se comportarán de forma diferente. La opinión pública es contraria a la violencia.