Madrid, 13 de mayo.

El avión que trasladó los restos mortales del empresario mexicano Lorenzo Zambrano, quien murió ayer de un paro cardiaco mientras estaba solo en su habitación de hotel, partió de Madrid poco antes de las ocho de la noche –hora española–, con lo que su llegada a la ciudad de Monterrey se prevé para la una de la madrugada de este miércoles, hora de México.

La embajada mexicana en España intervino ante el gobierno de Mariano Rajoy para agilizar los trámites de la repatriación del cadáver, que se realizó en el avión privado en el que el ejecutivo mexicano había viajado unos días antes.

El presidente y director general de Cementos Mexicanos (Cemex) murió de forma fulminante; de hecho el hallazgo del empresario tras su fallecimiento fue posible gracias a que uno de los ejecutivos que lo acompañaban lo fue a buscar a su habitación del madrileño hotel Villa Magna al percatarse de que se retrasaba para asistir a una cena que tenían acordada. Fue entonces cuando encontró el cuerpo sin vida de Lorenzo Zambrano, quien con 70 años se había convertido en uno de los empresarios mexicanos más importantes y con mayor proyección internacional, al situar a su empresa, tras 29 años dirigiéndola, en una de las tres cementeras más importantes del mundo.

Una vez encontrado el cuerpo, los responsables del hotel llamaron a las autoridades judiciales para certificar la muerte, que, como quedó estipulado, fue por causas naturales, al producirse un paro cardiaco repentino. Del hotel Villa Magna los restos mortales del empresario fueron trasladados a la funeraria de la M-30 de la ciudad, donde fue velado en la más estricta intimidad y sólo rodeado por ejecutivos próximos a Zambrano. De hecho ahí permaneció durante la mañana y parte de la tarde, en la que se celebró una misa de cuerpo presente a la que asistió un grupo reducido de personas y en la más estricta intimidad.

Los responsables de la funeraria tenían órdenes de expresas de no dar información sobre la identidad de la persona que estaba siendo velada en la sala 28, cuya puerta estaba custodiada por los choferes de los ejecutivos y por los propios agentes de seguridad privada de la funeraria. De hecho, al notar la presencia de periodistas, los ejecutivos de Cemex solicitaron que los agentes de seguridad desalojaran a la prensa de la zona. Uno de los ejecutivos de Cemex reconoció ante un grupo de corresponsales mexicanos su consternación: “Estamos shockeados. Todo ha sido muy inesperado”. Y a partir de ahí hubo un silencio y un hermetismo total.

Asistirá Peña Nieto a exequias

Después de varias horas de trámites y de intervención al más alto nivel entre la sede diplomática mexicana y el gobierno español, finalmente los restos mortales de Lorenzo Zambrano partieron hacia México y tenían previsto llegar a la una de la madrugada del miércoles. Con lo que se confirma la misa que se llevará a cabo en Monterrey a las 16 horas, a la que tiene previsto asistir el presidente Enrique Peña Nieto.

La presencia de Lorenzo Zambrano en España no era nada extraña. Solía viajar con frecuencia para asuntos relacionados con la filial de Cemex en España, que es a su vez la primera cementera del país ibérico, y de sus proyectos de expansión en Europa. En los pasados años también había intervenido en la resolución de un grave conflicto judicial que tiene abierto su empresa con la hacienda pública española, que tras una auditoría detectó numerosas irregularidades entre los años 2006 y 2009, por lo que se decidió multarla con 455 millones de euros (8 mil 700 millones de pesos).

El presidente Enrique Peña Nieto asistirá hoy a los funerales del empresario Lorenzo Zambrano Treviño.

En la Presidencia se confirmó la asistencia del mandatario en la capital de Nuevo León a las exequias del industrial del cemento fallecido el lunes en Madrid, España.

Peña canceló la actividad pública de este miércoles, el sexto Foro Nacional Seguridad y Justicia, según se había difundido de manera extraoficial.

Asimismo, también se dijo que la visita del jefe Ejecutivo al velorio de Lorenzo Zambrano será de manera privada y sólo lo acompañarán presumiblemente su esposa y algunos de sus más cercanos colaboradores.