Todavía sonriente tras la medalla de plata obtenida el domingo en Cuba, justo en el histórico Castillo del Morro en La Habana, Jonathan Paredes afirma que su única intención era meterse “en el top five”, pero no se imaginó lograr una rutina tan contundente como para subir al segundo escalón del podio.

Fue un inicio de temporada de la Serie Mundial de Clavados de Altura como la que cualquier competidor desearía, pero en el caso del mexicano se convertirá en un impulso que guiará su trabajo, porque si ahora que es el comienzo se superaron todas mis expectativas, eso me dice que voy por el camino adecuado.

Apoyado por la Federación Mexicana de Natación y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, el competidor de 25 años tiene planeado lograr una temporada para recordar en el presente año, porque nada me gustaría más que mantenerme entre los cinco mejores del mundo y, por supuesto, ganar una medalla en la Copa del Mundo de la especialidad (Kazán, Rusia, del 8 al 10 de agosto de 2015).

Aunque confía en su trabajo –practicó antes de ir a Cuba con el mejor del orbe, el colombiano Orlando Duque–, sabe que no por ser una disciplina relativamente nueva no tiene una severa competencia, por lo que en ningún momento debo creerme seguro, sino que el entrenamiento y las competencias son fundamentales para mejorar.

En la fosa de clavados del Centro Deportivo Olímpico Mexicano, Jonathan comenta que tiene en su agenda competir en todas las etapas del serial de altura, por lo que continuará su preparación para la segunda fecha, en Texas (junio 6-7), para seguir en Noruega (julio 11-12) y terminar en Brasil (octubre 18-19).

Y para mantenerse en la mejor forma posible, en unos días más partirá a Alemania, donde trabajará en un parque de diversiones con un show de clavados de altura (desde 18-20 metros), con lo que obtendrá un buen sueldo para mantener su carrera deportiva.

Sin olvidar que en su maleta siempre carga una buena dosis de miedo, que es lo que le hace respetar la altura de 27 metros –equivalente a un edificio de 7-8 pisos–, desde donde se lanza para romper el agua 3.5 segundos después, Paredes se sabe comprometido con quienes lo apoyan, por lo que no le voy a fallar a mi país ni a la gente; de eso deben estar seguros, se despide.