Juegos en familia
La final Slim
Telepatadas varias
Autodefensas pitufos
o es un asunto solamente de futbol, aunque (poco) lo pudiera parecer. El ganador de la final entre Pachuca y León ni siquiera estará en la cancha. Será Carlos Slim, el habilidoso jugador financiero multifunciones que en su palco de honor podrá sentar a cada uno de sus lados a los socios que con él comparten el manejo de los dos equipos en fraterna contienda, a Jesús Martínez (Patiño), padre, a nombre del Pachuca, y a Jesús Martínez (Murguía), hijo, a nombre del León (Nocturno a Rosario, en versión Carso: …y en medio de ellos, el Ingeniero Forbes como un dios).
El desenlace balompédico es una extensión del nada oculto pleito que en diversos ámbitos económicos sostienen Slim y Emilio Azcárraga Jean, con éste frenando de diversas maneras (la principal, el apoyo de Los Pinos, tanto con Fox y Calderón como ahora con Peña Nieto) la posibilidad de que el primero, cuya fortuna es notablemente superior a la de EAJ, pueda contar con un canal televisivo que sería verdadera competencia para el duopolio formado por el hijo de El tigre y por Ricardo Salinas Pliego, mientras estos sí han podido incursionar en el territorio telefónico que Slim mantuvo con prácticas monopólicas durante un largo periodo, pero ahora ha debido compartir a medias con firmas que no han logrado desbancar a las empresas telefónicas que han sido sustento, con prácticas abusivas y tarifas exageradas, de una de las principales fortunas del mundo.
Ya en el anterior torneo de Liga sucedió que por primera vez Televisa no pudiera transmitir uno de los dos partidos finales y que entraran a escena UnoTV (canal de televisión por Internet de Grupo Carso) y Fox Sports. Pero ahora la empresa propietaria del Canal de las Estrellas no pondrá en pantalla ninguno de esos juegos de alta audiencia. Un partido será transmitido por Fox Sports, UnoTV y Claro Sports (esta firma, también de Slim) y otro por Televisión Azteca. Una victoria menor para el hombre que ciertos días del año amanece como el más rico del mundo, si se toma en cuenta que el trofeo mayor, el de la reforma en telecomunicaciones y radiodifusión, se encamina a mantener el predominio de la casa mediáticamente matriz de Peña Nieto, Televisa.
Además de tener en su cartera de negocios a los dos finalistas (Slim contra Slim) del irregular torneo de primera división (de panzazo verde entró León a la liguilla y ahora podría ser el campeón), Grupo Carso también estuvo presente en la final de la liga de ascenso, pues en el paquete que adquirió al comprar 30 por ciento de las acciones de Grupo Pachuca también iban los Estudiantes Tecos, que pertenecieron a la familia Leaño, como parte de la ultraderechista Universidad Autónoma de Guadalajara. No hubo triple play futbolístico, pues los Tecos fueron vencidos por los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara.
El partido entre las dos universidades tapatías fue extrañamente difundido por razones discrecionales en el canal de la Universidad Nacional Autónoma de México, dirigida por José Narro y de cuyo patronato forma parte Slim. Ni siquiera se anunció que habría tal transmisión. Simplemente apareció en pantalla la señal del canal de la UdeG que desde Guadalajara televisaba el encuentro. ¿Quién autorizó tan peculiar audacia deportiva? ¿Cuánto pagó o cuánto ganó la UNAM, o fue un arreglo entre cuates?
Siempre será necesaria la transparencia en esos asuntos. Por ejemplo, el rector de la UdeG, Tonatiuh Bravo Padilla (apellido éste último indispensable para formar parte de la élite que se hace cargo de la casa de estudios históricamente controlada por Raúl Padilla López), tuvo que salir con rapidez a desmentir sus propias declaraciones juguetonas con las que había hecho entender que se podría vender la franquicia de los Leones Negros (el rector Bravo suele corregirse a sí mismo. Por ejemplo, en su Twitter llegó a felicitar a Helenita Poniatowsca
por el premio Cervantes. Luego corrigió y quitó la hache, pero mantuvo el Poniatowsca
. Finalmente aceptó que este apellido va con ka). Lo cierto es que Televisa busca asociarse a la UdeG y pretende televisar sus partidos.
En otras canchas, las michoacanas, donde el juego es verdaderamente fragoroso, otro dueño parecía contento de mostrar el manejo que tiene de los factores en conflicto. El comisionado Castillo protagonizó la síntesis escenográfica del asunto, al entregar una arma larga de alto calibre a Estanislao Beltrán, alias Papá Pitufo, habilitado ya como comandante de la Fuerza Rural en que fue convertida una parte de las autodefensas que en determinado momento parecieron a algunos mexicanos una esperanza de movilización popular independiente contra los gobiernos federal y estatal. Beltrán, de comandante. Hipólito Mora, preso bajo acusaciones de un asesinato, y el enamorado Juan Manuel Mireles amenazado con procesarlo por cinco crímenes.
El comandante Pitufo y el comisionado Paulette confirmaron así las versiones del juego arreglado (que hace meses fueron planteadas en esta astillada sección, ante el enojo de algunos lectores que preferían la ilusión sobre el análisis). Slim contra Slim en el futbol y autodefensas promovidas y protegidas por la secretaría de Gobernación que acabaron integradas a los cuerpos policiacos rurales habilitados para dar encuadre a la creación ya utilizada para limpiar
ciudades y poblados y para botar al cártel sexenalmente en desgracia, el de los caballeros templarios, y abrir paso a los nuevos gerentes, aprobados por el consejo federal de administración, los jaliscienses de nueva generación y los inversionistas y políticos de nuevo sexenio, que ya están tomando control de los múltiples negocios oscuros tan redituables, en un clásico hazte a un lado para ponerme yo.
Y, mientras Margarita Zavala ha hecho público el apoyo a la planilla de Ernesto Cordero, sabidamente calderonista, en la contienda interna del PAN, ¡hasta mañana, con los republicanos explorando la posibilidad de conseguir un voto hispano acrítico y desinformado con el senador de origen cubano Marco Rubio, una especie de Obama latino!
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