A ocho días de que se elija la próxima dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN), los dos equipos en campaña aseguran que ganarán la contienda, pero dado el recrudecimiento de la lucha y el reducido margen de votos con el que se prevé habrá triunfador, hay panistas que advierten sobre la posibilidad de que la elección termine por definirse en tribunales y, en caso extremo, que haya una escisión.

Ayer Ernesto Cordero Arroyo, durante un desayuno en el comité municipal de Acción Nacional de León, Guanajuato, acusó a su competidor, Gustavo Madero de repartir hasta lo que ya no tiene y aseguró que la Comisión Nacional de Elección no garantiza la imparcialidad en el proceso interno.

Sabíamos que así iba a ser, que la cancha no está pareja, pero así decidimos competir, porque el panista necesita una esperanza y una alternativa, aunque la cancha esta dispareja y de subida para nosotros, les vamos a ganar, indicó.

En tanto los colaboradores del senador con licencia han evitado aclarar si impugnarán los resultados, en caso de ser derrotados, pero advierten que habrá conflicto si durante la jornada del 18 de mayo próximo, se observan graves irregularidades que impacten el proceso.

Por lo pronto, han señalado la intromisión ilegal del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, en la elección, pues se ha dedicado a presionar a alcaldes y ex munícipes para que favorezcan a Gustavo Madero, quien aspira a relegirse en la dirigencia, y en días recientes, busco que las casillas se abrieran en sitios de difícil ubicación, en aras de desalentar la votación.

Además, han acusado al presidente de la comisión organizadora de la elección, Francisco Gárate, de actuar de manera parcial. Una muestra de ello, afirman, fue que le quiso lavar la cara a Madero, al declarar que había condiciones para un segundo debate, cuando éste solicitó dicho ejercicio y al mismo tiempo dejó de asistir a las mesas de discusión a las que se había comprometido con medios de comunicación.

Recuerdan que esa decisión le generó severas críticas al chuihuahuense, mientras los otros miembros de la comisión terminaron por enmendarle la plana a Gárate al determinar que ya no había tiempo para un segundo debate.

Pese a lo enconado de la contienda, los corderistas rechazan cualquier posibilidad de abandonar el PAN en caso de perder, aunque otras corrientes no lo descartan debido al recrudecimiento de la lucha y a que en el maderismo hay duros que no están dispuestos a actuar con generosidad y pretenden la aniquilación del adversario.

Por su lado, Marko Cortés, coordinador de la campaña de Madero, hace votos porque sus contendientes no impugnen los resultados electorales, pues estimó que ello le haría más daño a la imagen del PAN, la cual ya está afectada por los señalamientos que se registraron durante la etapa de proselitismo.

Confió en que se siga la costumbre de aceptar la derrota y sumarse al ganador. Pone como ejemplo a Santiago Creel, quien perdió la candidatura presidencial frente a Felipe Calderón.