En vida de Fernando Castro Pacheco (1918-2013) se constituyó la fundación que lleva el nombre del pintor y muralista yucateco.

Ahora falta que se haga el museo para alojar la obra que dejó reunida, expresa Miguel Ángel Martínez de la Fuente, consejero de la Fundación Museo Fernando Castro Pacheco, entrevistado con motivo de la exposición con obra del artista inaugurada en los museos Mural Diego Rivera y Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.

El proyecto museístico, diseño del arquitecto yucateco Augusto Quijano, ya existe. “Calculamos que en unos tres años pueda tener forma. Está tasado en unos 400 millones de pesos. Ahora está en toda la tramitología con los gobiernos federal y estatal”, informa Martínez de la Fuente.

De acuerdo con el consejero, Castro Pacheco manifestó en vida –así lo dispuso en su testamento– su deseo de que el acervo se pudiera conjuntar en una institución, porque su idea era que la obra regresara al pueblo y esto se lograría mientras mejor estuviera organizada, protegida, expuesta y difundida.

Debido a cuestiones testamentarias actualmente se realiza el inventario de obra: “Es un acervo muy vasto gracias a que su viuda, doña Sol, pudo reunir una obra considerable. Llevamos documentados más de 3 mil originales únicos y pensamos que pueden llegar a 5 mil.

Al comprender pintura, grabado, proyectos para murales, escultura, realmente cubre una amplia gama de las artes. Castro Pacheco también dejó un número considerable de ediciones de grabado, muy organizadas.”

Militante de izquierda

Luis Rius Caso, director de los dos espacios museísticos, indicó que la exposición Fernando Castro Pacheco: intimidad y poética del realismo yucateco, de 140 piezas, empezó como un proyecto editorial y fue posible por el préstamo y clasificación de la obra.

Cuando se propuso al artista la muestra antológica, quiso participar al revisar una infinidad de fotografías y obras que tenía en su casa.

Según Rius Caso, Castro Pacheco hasta sus últimos días fue de “una inteligencia notable, una gran claridad y una entereza como artista y pensador de la izquierda histórica. Era de los últimos baluartes de ese pensamiento, que manifestaba en sus actos, su vida y su obra.

Perteneció a una generación todavía muy apegada, muy genuina, dentro del paradigma de muralistas y artistas del realismo social. Pero, al mismo tiempo, supo imprimir un sello muy personal.

También abrevó, por ejemplo, en el realismo crítico alemán con Käthe Kollwitz, que nutrió de la savia mexicana, al mismo tiempo que lo enfocó mucho en el contexto yucateco. Entonces, del realismo tiene la descripción verista del entorno, el abordaje de temas históricos, políticos y sociales.

Castro Pacheco también realizó un trabajo gráfico de primer nivel y perteneció al Taller de Gráfica Popular. Fue un muralista muy temprano en Yucatán, a los veintitantos años, antes de venir a la ciudad de México, en escuelas rurales y para niños. También hizo murales en el Palacio de Gobierno de Yucatán y de Querétaro a partir de los años 70 del siglo pasado. Como buen yucateco tiene grandes cosas de la cultura mexicana y al mismo tiempo una localidad muy rica que lo hacen distintivo, acotó Rius Caso, curador de la muestra.

Dirigió La Esmeralda

Fernando Castro Pacheco pasó tres décadas en la ciudad de México, de 1943 a 1973, y dirigió la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda de 1961 a 1972, periodo en que se reorganizó el plan académico. Al jubilarse, regresó a Yucatán con el deseo de construir allá muchas cosas.

La exposición se divide en seis núcleos temáticos que abarcan obra desde finales de los años 30: Erotismo y sensualidad, Costumbrismo yucateco, Paisaje y naturalezas muertas, Historia, simbolismo y mitologías mayas, Retratos y maternidades y Material documental, este último da cuenta de su proceso creativo e ilustra, mediante libros de notas y algunas fotografías, su quehacer artístico.

El Museo Mural Diego Rivera se ubica en Colón y Balderas, Centro Histórico, y el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, en Altavista y calle Diego Rivera, San Ángel Inn.