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Demanda apoyar las decisiones de los pueblos originarios

Políticas oficiales buscan mantener a indígenas en la pobreza: José del Val
 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de mayo de 2014, p. 13

Al ser una estrategia asistencialista, la política oficial impulsada desde la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) tiene el fin de mantener a los pobres en su misma condición, sobre todo a los habitantes de los pueblos indígenas, sostuvo el director del Programa de la Interculturalidad y la Diversidad Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José del Val Blanco.

En entrevista con La Jornada, aseveró que más allá de limitar la libre reproducción en esas comunidades, la estrategia federal para mitigar el hambre y la pobreza debe enfocarse en escuchar a los indígenas, hacer lo que ellos consideren necesario y brindar un apoyo decidido (con recursos y proyectos surgidos desde la discusión de los habitantes) del campo mexicano.

Para Del Val Blanco, el anuncio de la titular de Sedesol, Rosario Robles, de que el programa Oportunidades no apoyará a las familias con más de tres hijos, sólo muestra que este gobierno quiere reducir los índices de pobreza en las estadísticas, pero no en la realidad. Más que políticas para contrarrestar la miseria, el objetivo parece ser que los pobres dejen de reproducirse para que las estadísticas no crezcan.

Afirmó que la posición de Robles retrotrae al periodo en que Porfirio Díaz gobernó el país, donde se discutía la teoría de la eugenesia (selección artificial para mejorar los rasgos hereditarios humanos).

“Se trata de una declaración desafortunada que nos devela la estrategia gubernamental de que los pobres no crezcan a partir de una visión demográfica, más que con estrategias efectivas que mitiguen la pobreza.

Pero esto es un juego estadístico inmoral, porque la condición de pobreza es compleja, se refiere al acceso a nada (ingresos, educación, salud, servicios, entre otros). Sólo se les da un poco de comida y un apoyo económico para mantenerlos en condición de pobreza permanente.

La Cruzada Nacional contra el Hambre –lanzada en enero de 2013– no funcionará porque es transitoria. No desata ningún proceso social porque no reconocen a la gente, no hablan con ellos, sólo se les ve como una estadística. Llevar pisos de cemento, casas de ladrillo o paquetes alimentarios resulta irrelevante para transformar las condiciones de estos pueblos.

Una campaña real para abatir la pobreza y el hambre, remarcó, implica considerar la visión de los pueblos originarios, así como respetar su autonomía y su condición de sujetos políticos plenos.

Ellos son los que deben tomar el control de sus territorios y qué hacer en ellos.

Del Val Blanco resaltó además la necesidad de crear la figura del procurador de los derechos indígenas, con el fin de que con los instrumentos que la ley señala, tanto en la Constitución como en acuerdos internacionales, defienda los derechos de los pueblos originarios ante los abusos del Estado y de empresas trasnacionales que tratan de despojarlos de sus territorios.