Rinden homenaje al filósofo y académico en el Centro de Cultura Casa Lamm
Sin ingenuidad ni complacencias, durante 20 años acompañó a los zapatistas, señalan
Miércoles 7 de mayo de 2014, p. 6
Con el título Pensamiento y acción, se efectuó en Casa Lamm una mesa redonda en homenaje al filósofo, recientemente fallecido, Luis Villoro (1922-2014), en la que se destacó, entre otras cuestiones, la relevancia del papel del pensador al defender, explicar y analizar las causas indígenas zapatistas, así como los distintos ejes de su quehacer filosófico, como la ética política comunitaria y la crítica de los discursos ideológicos del poder.
El periodista Luis Hernández Navarro, el investigador Gabriel Vargas Lozano, la filósofa Fernanda Navarro, compañera de vida de Villoro durante sus últimas décadas, y el escritor Juan Villoro, hijo del homenajeado, destacaron el profundo compromiso del maestro Luis Villoro con la realidad contemporánea y los problemas sociales de nuestro país, así como sus trabajos en defensa de la justicia y la soberanía nacional, los cuales siempre realizó con lucidez y honestidad.
Luis Villoro es uno de los pensadores más importantes que ha tenido la filosofía mexicana y sus aportaciones son excepcionales
, afirmó Vargas Lozano.
Dada la magnitud de su obra y la dificultad para sintetizar el amplio y complejo conjunto de temas y problemas por él abordados, Vargas Lozano se refirió a tres de las más importantes etapas por las que el filósofo transitó, según clasificó el investigador, así como algunas de las polémicas en la que participó, en particular la que sostuvo con el también reconocido filósofo Adolfo Sánchez Vázquez (1915-2011).
La evolución filosófica de Luis Villoro pasó por tres grandes momentos o periodos: historicista, analítico y multicultural, explicó Vargas Lozano, quien se refirió al volumen El poder y el valor, uno de sus más importantes libros en la trayectoria del pensador.
Empatía con rebeldes del EZLN
En su intervención Luis Hernández Navarro, coordinador de Opinión de La Jornada, destacó diversas aportaciones del maestro Luis Villoro, como el apoyo y las reflexiones que emitió respecto del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el optimismo y empatía que tuvo hacia los rebeldes del sureste mexicano.
Hernández Navarro recordó el papel medular que jugó el filósofo, junto con otros dirigentes indígenas, en los debates y críticas que se dieron luego del surgimiento del EZLN, en 1994. Momentos en que puso su conocimiento y autoridad al servicio de la causa indígena y que con una enorme paciencia, sabiduría y sencillez trató de explicarle a sus detractores, a los políticos y funcionarios gubernamentales, quienes más que ideas, traían consignas
, comentó el periodista.
Luis Villoro, abundó, en su libro Los grandes momentos del indigenismo en México, escrito en 1949 y reditado en 1987, desmontó lo que él llamó una historia de encubrimiento ideológico sobre la cuestión indígena practicada por las élites durante años
y acompañó durante 20 años a los zapatistas, sin ingenuidad, ni complacencias
.
Intelectual consecuente de izquierda
Luis Villoro fue un intelectual consecuente de izquierda, reconocido en el mundo académico que se opuso en la práctica a toda forma de opresión y defendió valores como el de la autenticidad, la justicia, la solidaridad y la soberanía nacional. Fue un hombre con un pensamiento complejo que no se alineó incondicionalmente a nada ni a nadie
, comentó Hernández Navarro.
Por su parte, Fernanda Navarro lo recordó como maestro, compañero de vida, destacado filósofo y gran ser humano siempre vinculado a las causas indígenas zapatistas, impulsado por el anhelo de una mayor justicia.
Juan Villoro, su hijo, relató distintas anécdotas familiares, que reflejaban su carácter, temperamento, ideas y su compromiso ético con los problemas sociales y políticos de nuestra nación.
Para concluir el acto en Casa Lamm, Ángel Guerra leyó la ponencia La filosofía crítica y comprometida de Luis Villoro, escrita por Pablo Beraza.