Natalia Lafourcade comentó ayer del carácter estricto de su mamá (María del Carmen Silva), también músico, lo cual marcó su disciplina con el arte sonoro, hecho que considerará el próximo viernes 9 de mayo en el concierto en el cual interpretará los temas del disco Mujer divina, homenaje a Agustín Lara, con el cual rendirá tributo a las madres en su día.

Así lo informó en conferencia de prensa, realizada en el teatro Metropólitan, donde será su recital; ahí, la escenografía era como el cuarto de una dama de la tercera edad o muy madura, con radio de bulbos al lado y una lámpara hoy fuera de moda.

Natalia ha dicho que lo de ella es la fusión, más que el rock ciento por ciento, y un ejemplo es el cedé dedicado al Flaco de Oro, con el cual ganó dos Grammy en la ceremonia pasada.

Buscaré estar con mis emociones y conectar con las de la gente. La música es lo que más disfruto en el escenario, por ver a las personas con las que me entiendo. Voy a trabajar con Cachorro López, Gustavo Guerrero, guitarrista, y Alan Ortiz. Todo lo vamos a grabar, como se hacía en los buenos tiempos.

Añadió que desea volver a hacer música para cine, en la primera oportunidad. Aquí estoy y algún proyecto saldrá. Mi prioridad este año es mi disco, el nuevo.

Una reportera le comentó que se advierte un cambio en Natalia en tanto que mujer joven, en el sentido de que ya dio un paso hacia adelante.

Dijo: Eso lo verán en mi nueva grabación. Será un disco muy honesto y transparente. Mi temor más grande al comenzar un álbum es no tener transparencia en las letras, porque es fundamental para hacer un buen proyecto, para conectar con la gente. Afortunadamente, nunca dejé de escribir. Son momentos de mi vida y lo que siento que es mi parte de mujer guerrera, que lo cuento en las letras. Me doy cuenta de que me han pasado cosas y de cómo tuve que luchar, a pesar de que estuve haciendo este proyecto sobre Lara. Es un espejo, la manera de cómo aprendí a comunicarme a través de la música. Espero que quede bonito y que la gente se identifique. Ojalá. Comenzar un nuevo disco siempre es volver al escalón número uno. Con Agustín me fue muy bien, pero ahora es vuelta a empezar de la nada.