En México, la depresión mayor es consecuencia de la violencia y la inseguridad: experto
Es un problema severo para el que hay pocos especialistas en el país, señala López Munguía
Domingo 4 de mayo de 2014, p. 30
De 10 enfermedades causantes de discapacidad física, cuatro son trastornos mentales, como la depresión mayor, padecimiento que en los próximos seis años se ubicará en el primer sitio, de acuerdo con proyecciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La tendencia a la alza lleva ya varios años, y se ha acentuado particularmente en la última década, aseguró Fernando López Munguía, del hospital siquiátrico Fray Bernardino Álvarez.
De esta situación da cuenta la experiencia clínica, adonde cada vez llegan más personas con depresión, lo que en el caso de la población general en México es consecuencia del aumento de la violencia y la inseguridad, indicó.
El especialista en siquiatría resaltó la situación de los jóvenes. A causa de la desintegración familiar y las condiciones económicas que obligan a ambos padres a salir a trabajar, se ha propiciado que los niños crezcan solos, sin orientación ni valores familiares y morales, lo que favorece el desarrollo de trastornos mentales, principalmente depresión, apuntó.
Para dar idea del peso que actualmente tiene este mal como carga de enfermedad en el país, López Munguía comentó que hace unos días, en el Fray Bernardino Álvarez –centro nacional de referencia– había 36 mujeres internadas, de las cuales 15 presentaban depresión con intención o ideas suicidas.
Es una problemática severa en México, con escasas posibilidades de atención por falta de especialistas y de apoyo de médicos generales que pueden identificar síntomas y referir a otro nivel de atención a los pacientes.
La depresión es un estado emocional anormal que se manifiesta con tristeza profunda, llanto, irritabilidad, desinterés, sentimientos de culpa y dificultad de concentración y de memoria, y en general por una sensación desesperanza.
También existen condiciones físicas, como cansancio, insomnio, falta de apetito y pérdida de peso. Ante la presencia de algunos de los síntomas emocionales durante más de dos semanas se debe sospechar, por lo menos, de una depresión leve que requiere atención médica, dijo López Munguía.
Según los datos estadísticos más recientes, únicamente de 3 a 5 por ciento de los afectados acuden con un siquiatra, sicólogo o algún médico de otra especialidad. Y de ellos, la mayoría (61 por ciento) no tienen medicamentos ni una sicoterapia adecuada.
Además, en México los afectados tardan alrededor de 14 años en llegar con un siquiatra, especialista en trastornos mentales.
López Munguía, ex presidente de la Asociación Siquiátrica Mexicana, también comentó sobre los recursos económicos disponibles para la atención de pacientes. La OMS ha recomendado que al menos 10 por ciento del presupuesto en salud de los países debería destinarse a los trastornos mentales.
Sin embargo, en México la inversión en salud es de 6 por ciento del producto interno bruto, y de éste, apenas 0.85 por ciento se canaliza a las afecciones mentales. El gobierno ha dicho que la inversión subirá a 2 por ciento, comentó.
Otro de los retos, dijo, es la carencia de especialistas en la materia. Mencionó que a escala mundial hay 200 mil siquiatras certificados; en México son menos de 3 mil para una población de más de 118 millones de habitantes.