Emilio Lozoya continuará como director de Petróleos Mexicanos (Pemex) mientras se transforma en empresa productiva del Estado, señala la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto por la que se crea una nueva ley para la paraestatal.

Su permanencia en el cargo permitirá una transición ordenada, a fin de no afectar las actividades cotidianas de Pemex durante el periodo de transición.

Esa ley está contenida en una de las seis iniciativas en torno a la legislación secundaria energética que el Ejecutivo remitió al Senado, en la que se abre paso al despido de personal, pues señala que Pemex conservará los trabajadores idóneos para cumplir eficazmente con su objetivo.

Según esa iniciativa, Pemex tendrá un nuevo gobierno corporativo, por conducto de un consejo de administración con 10 integrantes, entre ellos los secretarios de Energía –que lo presidirá– y de Hacienda; tres representantes del gobierno y cinco independientes. Todos serán designados por el Ejecutivo federal.

En el caso de la Comisión Federal de Electricidad, el consejo de administración es igual, lo preside también el secretario de Energía, sólo que uno de los consejeros independientes será designado por los trabajadores de la empresa.

La exposición de motivos es vasta, pero en este punto no se explica la razón de la diferencia. Hay que recordar que el PAN sólo votó la reforma a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales cuando logró que los integrantes del sindicato petrolero salieran del consejo de administración de Pemex.

El consejo de administración de la petrolera tendrá facultades relevantes, entre ellas prever un régimen especial de remuneraciones para el personal de Pemex, a fin de reconocer el esfuerzo laboral y la contribución de los trabajadores al logro de los objetivos de la empresas.

En la iniciativa se sostiene que se respetarán los derechos laborales y los contratos existentes, pero sin perjuicio de que pueda pactarse su modificación.