También puede afectar a pacientes de males del hígado o infectados por VIH/sida
Es una afección poco conocida y de difícil diagnóstico; llaman especialistas a prestarle más atención
Sábado 3 de mayo de 2014, p. 34
Las personas que viven con artritis reumatoide, enfermedades del hígado o VIH/sida, entre otras, tienen un alto riesgo de desarrollar hipertensión arterial pulmonar. Este es un padecimiento del que se conoce poco y se diagnostica menos, aseguraron especialistas.
Pueden transcurrir tres años para que los afectados sepan que son portadores del mal, aunque hay casos como el de Pablo Trejo, que en 1994 sufrió un desmayo y apenas en 2011 supo que la causa de aquel desvanecimiento era el estrechamiento que ya se empezaba a dar de las arterias del pulmón.
En conferencia de prensa con motivo del Día de la Hipertensión Arterial Pulmonar (5 de mayo), Nayeli Zayas, médico internista con especialidad en fisiología pulmonar del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, explicó que la enfermedad es más común en mujeres (en proporción de tres a uno) con respecto a los hombres. Se presenta entre los 30 y 50 años de edad y en México la prevalencia es de cinco enfermos por cada 10 mil personas.
La hipertensión arterial pulmonar es un desorden en el funcionamiento de las arterias, que se van cerrando
y por lo tanto se obstruye el flujo sanguíneo. Cuando éste es más grave, provoca el agrandamiento del corazón, con lo que aumenta el riesgo de muerte.
Entre los síntomas del padecimiento están falta de aire, palpitaciones, desmayos, dolor de pecho, fatiga, mareo, y en los casos más graves, tos con sangre.
La especialista mencionó que alrededor de 10 por ciento de los afectados tienen antecedentes de familiares con hipertensión arterial pulmonar. De ahí que éstos, y las personas que viven con alguna de las enfermedades señaladas, deban realizarse una evaluación médica cada seis meses.
Respecto a los medicamentos, explicó que en los pasados 20 años se han desarrollado alrededor de 20 productos que ayudan al control del padecimiento. En México sólo están disponibles dos que están incluidos en el cuadro básico del sector salud.
Esto complica la situación de los enfermos. Además de la dificultad para el diagnóstico se enfrentan a la falta de acceso a las terapias. Es una situación que Nayeli Zayas calificó de grave, porque la esperanza de vida de un individuo sin medicamento es de alrededor de tres años, contra 10 que puede alcanzar con los fármacos.
Martha Arenas, presidenta de la Asociación Mexicana de Hipertensión Arterial Pulmonar, comentó que otro de los problemas en el país es la inexistencia de una guía de manejo clínico y son muy pocas las unidades médicas donde los afectados pueden recibir una atención adecuada.