Escriban en mi cuerpo la palabra que represente el estigma que desean combatir o la que signifique su liberación, curémonos juntas, dijo la perfomancera Joyce Jandette (DF, 1986) para invitar al público a tomar un pincel y sumergirlo en el líquido rojo de una pecera.

No fue con tinta con lo que varias mujeres se animaron a pintar sobre la piel de la artista las palabras soledad, paz, deseo, piedad o libertad. Era sangre menstrual.

Así transcurrió la acción escénica titulada La letra con sangre entra... y sale, mientras al fondo se proyectaban escenas de alguna película sobre la pasión de Cristo. La propuesta se presentó la noche del martes en el Museo Casa de la Memoria Indómita, en el festival LesbianArte 2014, que se desarrolla ahí desde 25 de abril.

Contra espacios amaestrados

Joyce Jandette dejó sus estudios de viola en el Conservatorio Nacional de Música para buscar un espacio de expresión que no fuera amaestrado y no requiriera un lenguaje producto de la disciplina. Explica: “Fue así que, desde el feminismo, encontré al performance, el cual me permite explorar diversos temas, sin errores, como si fuera la vida misma, no es una actuación”.

Desde hace unos dos años, los trabajos de Joyce tienen que ver con la sangre menstrual, añade, “resignificándola en un país con tanta violencia, que vive literalmente baños de sangre. En el caso de mis propuestas, no utilizo una sangre que sea producto de heridas o de guerras, sino de renovación y vida.

Presento las escenas de un Cristo ensangrentado a manera de contraste, porque durante siglos, el imaginario cristiano nos ha enseñado que la purificación es a través del dolor. Mi propuesta es a la inversa, es decir, si con sangre de dolor nos colonizaron, tal vez con la sangre de vida y sanación podemos cerrar esa herida. ¿Qué habría pasado si Cristo hubiera sido feminista?

Durante los primeros minutos del performance, Joyce realiza una suerte de ritual alrededor de un círculo de flores y velas. Luego saca una copa menstrual y derrama el contenido en su rostro.

Todo el acto, reitera, es una suerte de sanación colectiva. A mí me llena de fuerza creer que hay cosas comunes que comparto con el público.

El festival Lesbianarte, en esta su segunda edición, se organizó como una opción de autodefensa ante la violencia y la discriminación que padece la comunidad lésbica en el continente. Durante el encuentro se han realizado exposiciones, talleres, conciertos, conversatorios y performances, con la convicción de que el arte es una herramienta para el cambio y la transformación social.

Taller de erotismo

Joyce Jandette, en un texto acerca de las batallas que enfrentan las mujeres, señala: Se ha intentado despojarnos por todos los medios de cualquier arma, y toda acción de contrataque es desarticulada, criminalizada y marginalizada de inmediato. Estamos las que no tenemos nada que perder, pues en esta larga guerra lo hemos entregado todo, como la memoria, pero conservamos nuestra arma más poderosa: el cuerpo.

El encuentro concluirá el domingo 4 de mayo con la presentación del libro 13 colores de la resistencia hondureña, de Melissa Cardoza, a las 16:30 horas, y un taller de erotismo impartido por Bárbara Durán (18 horas), ambas actividades en el Museo Casa de la Memoria Indómita (Regina 66, Centro Histórico).