La izquierda del siglo XXI debe ser antineoliberal
: vicepresidente de Bolivia
descolonizadora, afirmó Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, durante el foro celebrado ayerFoto María Meléndrez Parada
Miércoles 30 de abril de 2014, p. 12
El vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera, sostuvo que no puede mantenerse una concepción de democracia fosilizada
que se centre en el ejercicio del voto y mantenga la desigualdad social. Desde una posición de izquierda, afirmó, la democracia pugna por mayor participación social que revierta los niveles de pobreza.
Al participar en el Encuentro Internacional sobre la Izquierda Democrática, dijo que desde la izquierda deben definirse directrices para una etapa pos neoliberal que impulse cambios en los países latinoamericanos con una concepción descolonizadora
y que tienda a reducir la concentración de la riqueza: La izquierda en el siglo XXI debe ser antineoliberal
.
García Linera señaló que, con esta visión, Bolivia ha hecho a un lado las recomendaciones
del Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, lo que le ha permitido reducir sustancialmente la polarización social. Hace siete años, el 10 por ciento más rico de la población tenía 130 veces más riqueza que el 10 por ciento más pobre, ahora esta proporción es de 35 veces, que aun sigue siendo muy elevado.
Subrayó que la postura de Bolivia es mantener la apertura a la inversión extranjera sobre la base de una visión no colonizadora, en la que existan beneficios sociales para el país. Citó por ejemplo que de la renta petrolera que obtienen las trasnacionales, entre 82 y 85 por ciento se queda en el país; en el sector financiero el margen impositivo es de 50 por ciento y en el minero de 55 a 60 por ciento.
Esas son las condiciones en Bolivia, si la inversión extranjera las acepta, es bienvenida; si no les gusta, pueden irse a otro lado. Con esas condiciones los beneficios de la renta petrolera anual pasaron de 621 millones de dólares hace 7 años a 5 mil 200 millones el año pasado, y una proyección de 6 mil 500 millones de dólares para 2014. En ese periodo, el peso de la deuda externa en Bolivia pasó de representar 50 por ciento del producto interno bruto a 5 por ciento.
García Linera señaló que las políticas de izquierda pueden reivindicar mayor justicia social y al mismo tiempo ser eficaces en su desempeño, pues esto ha permitido reducir en 19 por ciento la pobreza extrema. En este contexto, dijo que es posible desmantelar las relaciones neoloniales y consolidar opciones antineoliberales.
Puntualizó que la izquierda también debe concebir que la organización social y la participación van más allá de los partidos, por lo que su visión debe considerar el fortalecimiento de otras formas de organización en las comunidades.