La creación del imaginario colectivo sobre la arqueología mexicana es lo que representa La memoria revelada: el surgimiento de la fotografía arqueológica. Claude Désiré Charnay, expresó Rafael Tovar y de Teresa, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), la noche del lunes en la inauguración de la muestra que reúne 67 imágenes, seis piezas arqueológicas y objetos relativos a ese quehacer fotográfico, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Para el funcionario federal, la primera expresión en la que se empieza a conocer dentro y fuera del país lo que es el pasado prehispánico, y más concretamente las culturas mayas, es por medio de las obras de Charnay (1828-1915).

Descubridor de una ciudad maya

Rafael Tovar pidió a los asistentes imaginar a ese científico, arqueólogo y fotógrafo francés –quien por primera vez vino a México en 1857–, cuando empiezan todos los momentos que conocemos que posteriormente desencadenan prácticamente en la intervención francesa al viajar con todas esas cámaras, cajas de madera, tripiés, ayudado por macheteros para poderse abrir paso, contemplar las imágenes y plasmarlas en las fotografías.

Además de retratar sitios arqueológicos, Charnay también los descubrió como es el caso de la ciudad maya de Comalcalco, Tabasco. El guion curatorial de la muestra, a cargo del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, se divide en tres módulos que siguen de manera cronológica los tres viajes de Charnay a México. Hay imágenes de Mitla, Izamal, Uxmal, Chichén Itzá y Palenque.

En su publicación Mi última expedición a Yucatán (1886), Charnay dará una conciencia distinta al pasado arqueológico que llevará desde 1903 o 1905 a que se definan las primeras expediciones arqueológicas ya patrocinadas por el gobierno mexicano, acotó Tovar.

Las imágenes pertenecen al acervo fotográfico de la Colección Ricardo B. Salinas Pliego/Fomento Cultural Grupo Salinas y es la primera vez que se exhiben en su totalidad. La idea original de coleccionar las fotos fue del historiador Guillermo Tovar de Teresa, recién fallecido.

De acuerdo con Eduardo Vázquez Martín, titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, traer a este arqueólogo y explorador quizá tenga que ver en estos días macondianos con aquello que en Cien años de soledad se define como la peste del olvido, que hay que vencer al recuperar la memoria y volver a mirarnos en los ojos que nos miraron y descubrieron.

En nombre de María Teresa Uriarte, coordinadora de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ana Elisa Pérez recordó que ese pionero de la fotografía –que se convertiría también en un pilar de la arqueología mexicana–, tenía 29 años de edad cuando por encargo del gobierno francés visitó por primera vez México para fotografiar las ruinas de los principales asentamientos precolombinos.

En el acto también estuvieron Eduardo Matos Moctezuma, Bertha Cea, coordinadora ejecutiva del Antiguo Colegio de San Ildefonso, Mercedes García Ocejo, directora general de Fomento Cultural Grupo Salinas, y Laura Díaz Barroso de Laviada, del patronato de San Ildefonso.

La memoria revelada... concluirá el 27 de julio en el recinto ubicado en Justo Sierra 16, Centro Histórico.