Entusiastas lectores leyeron fragmentos de Cien años de soledad y Vivir para contarla
Gabo fue un escritor, más que de países, de ciudades
, dijo Gonzalo García Barcha, hijo del Nobel, quien también participó en el homenaje que se realizó en el Museo de la Ciudad de México
Lunes 28 de abril de 2014, p. 9
Continúan los reconocimientos a la obra literaria del escritor colombiano Gabriel García Márquez.
Este domingo se realizó una maratónica lectura en el Museo de la Ciudad de México, en la que participó un grupo de invitados especiales, así como muchos entusiastas lectores de todas las edades, que leyeron fragmentos seleccionados de la célebre novela Cien años de soledad y del libro de memorias Vivir para contarla.
La lectura fue acompañada por pequeños papalotes amarillos con una mariposa impresa al centro, que fueron colgados bajo el techo del museo, así como con un globo de cantoya con forma de una enorme mariposa amarilla junto al estrado, creado por el joven maestro Aarón López, del Faro Milpa Alta.
Con dicha lectura, el Gobierno del Distrito Federal (GDF), por conducto de la Secretaría de Cultura, rindió homenaje al autor colombiano, quien, fue un escritor, más que de países, de ciudades
, comentó Gonzalo García Barcha, hijo del Nobel de Literatura, previo a su participación.
Aunque mis padres viajaron por muchos lados, el Distrito Federal siempre fue un gran amor de Gabo, en todos los sentidos
, expresó García Barcha.
Respecto del destino de las cenizas, de manera amable declinó comentar el asunto. No tengo ningún comentario. Eso no forma parte de lo que la familia quiere hacer público
, dijo.
A partir de las 11 horas, de dos en dos los lectores fueron pasando al estrado: niñas, niños, jóvenes y adultos mayores. Entre los invitados leyeron Alejandra Moreno Toscano, titular de La Autoridad del Centro Histórico; el director José Areán, director artístico de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México; la locutora Fernanda Tapia; el actor Arturo Beristáin; Eduardo Vázquez Martín, titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, e Inti Muñoz, director del Fideicomiso Centro Histórico, entre otros creadores y funcionarios.
Niños y jóvenes consultados por La Jornada tras su lectura, expresaron que se trató de una experiencia padrísima
.
Sin embargo, otros que llegaron a las 10:30 horas se quedaron con las ganas de leer y decidieron partir a las 14 de la tarde. Se supone que estábamos anotados, pero están pasando a otros que llegaron después
, comentaron.
La lectura se llevó a cabo de manera ininterrumpida. Pasadas las 13 horas, tocó el turno del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, junto con Cuauhtémoc Cárdenas.
En distintos ritmos y tonos se escucharon fragmentos de Cien años de soledad. Una lectura-viaje a Macondo.
El homenaje es para conservarlo vivo y en nuestra memoria, dijo José María Espinoza, director del Museo de la Ciudad de México.
En su momento, Vázquez Martín destacó que no se trata de una jornada de duelo, sino de celebración. Aunque es un lugar común, añadió, el mejor homenaje a un escritor es leerlo.
“Nunca me he cansado de decir que Cien años de soledad no es más que un vallenato de 365 páginas”, expresó en algún momento García Márquez sobre su novela más leída.
Con base en esa idea, de la lectura-viaje a Macondo, se pasó a la celebración y al baile, amenizado por el grupo Estrellas Vallenatas, que, según el programa interpretaron El corazón de Macondo, El almirante Padilla, El testamento, Mariposas amarillas, Colombia tierra querida, Obsesión, La vieja Sara, El vallenato Nobel y Gabo no va a Cartagena, entre otras canciones que el Premio Nobel de Literatura solía escuchar.