Las danzas del huracán: Veracruz y La Habana en los años 30, de Carlos Véjar Pérez-Rubio
Carece el Caribe de identidad bien definida por las corrientes migratorias
Se presenta hoy en el Ivec, en el Festival Internacional Afrocaribeño; en mayo, en La Habana
la diversidad es lo que le da sentido, unidad en la diversidad, porque no hay pueblos exactamente iguales a otrosFoto Ap
Viernes 25 de abril de 2014, p. a11
En la década de los años 30 del siglo pasado se empezaron a dar las condiciones para asumir la identidad regional latinoamericana y, por supuesto, la caribeña, expresa el especialista Carlos Véjar Pérez-Rubio, autor de Las danzas del huracán: Veracruz y La Habana en los años 30, libro de reciente publicación.
En el volumen, el arquitecto, cuentista, docente e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), parte de la hipótesis de que “no ha existido en el Gran Caribe una identidad cultural bien definida, una ‘identidad caribeña’, debido, en lo fundamental, al carácter pluriétnico y pluricultural de la región, producto de las corrientes migratorias que la conformaron desde sus orígenes y del legado de las diferentes potencias europeas que la colonizaron”.
Continúa: Esto la hace rebelarse contra lo que verdaderamente es, sin reconocer que, al negar lo suyo, se refugia muchas veces en realidades que no le pertenecen, aunque llegue a asumirlas como propias
.
De allí que en el volumen se dé énfasis a las expresiones culturales de esa identidad; por ejemplo, la música, como el calipso: Todos esos ritmos que nos hacen sentir quienes somos. Lo mismo se da en el arte, en la literatura, en la fotografía, en la gastronomía y, desde luego, en las danzas. Todas esas expresiones culturales hacen que estos pueblos adquieran ya una identidad regional
.
Véjar afirma partir de otros pensadores, en particular, el jamaiquino Norman Girvan, recién fallecido, que sostenía que no podía haber una sola identidad regional. El entrevistado agrega que dicha identidad regional caribeña no es cerrada, única y estricta
. Además, la diversidad es lo que le da sentido, unidad en la diversidad, porque no hay pueblos exactamente iguales a otros
.
Las danzas del huracán..., editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Centro para Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, de la UNAM, al cual Véjar pertenece, tiene sus orígenes en Archipiélago, revista que fundó en 1992, y en su tesis doctoral.
Trascendencia de la crisis del 29
Al preguntarle por qué los años 30, señala que al terminar la primera Guerra Mundial las cosas quedaron inconclusas
, de allí que hay un reacomodo
: La crisis económica de 1929 le pegó muy fuerte al mundo entero, pero en el caso de América Latina y el Gran Caribe, durísimo. Cambian mucho las condiciones. Empiezan sus pueblos, pero también los de África y sectores de Asia, a pensar en su identidad y en la necesidad de la descolonización
.
Aunque los países latinoamericanos se habían independizado un siglo antes, y Cuba en 1898, a pesar de quedar como semicolonia de Estados Unidos, igual que Puerto Rico, hasta la Revolución cubana
, todas las demás islas del Caribe eran posesiones coloniales.
También tema del libro es la transformación de la cultura ambiental de la región; es decir, de las formas de vida que adopta su población, en particular la urbana, en el contexto geográfico-físico, histórico y cultural que define a la cuenca de los huracanes. El ambiente, precisemos, es la unidad del hombre y el entorno, natural y artificial. En este libro nos centramos en el análisis de dicho fenómeno al tomar como ejemplo el caso de Veracruz y La Habana, dos ciudades hermanadas en el tiempo y los símbolos más nítidos de la región
.
Ahora, Véjar piensa dedicarse a un proyecto sobre las ciudades latinoamericanas patrimonio de la humanidad, consonancias y disonancias de su cultura ambiental, a la vez que sigue pendiente una novela sobre los años 30.
Las danzas del huracán... se presenta hoy en el Instituto Veracruzano de la Cultura (Ivec), dentro del Festival Internacional Afrocaribeño. El 30 de mayo se dará a conocer en La Habana, en la oficina del historiador de la ciudad, Eusebio Leal.