A una semana de concluir su labor al frente del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai), su consejero presidente, Gerardo Laveaga, volvió a ser exhibido por sus compañeros.

Si al asumir el cargo el 21 de enero de 2013 fue acusado de indolente y perezoso, de dormirse en el Senado cuando se debatían las modificaciones constitucionales para el instituto y de haber obtenido su nuevo cargo a cambio de garantizar impunidad, ayer lo sacudieron nuevamente al acusarlo de defender intereses privados, de tratar de engañar al público y de desconocer de plano el derecho de acceso a la información.

El fuerte debate inició cuando Laveaga presentó su ponencia en torno a la solicitud de un particular de conocer el nombre, año y monto de los 50 mayores beneficiados por la cancelación de créditos fiscales para los años 2006 a 2013. El proyecto de Laveaga proponía que se confirme la reserva a la que aludió el Servicio de Administración Tributaria (SAT) para no informar los montos de los 50 créditos cancelados, postura que la comisionada María Elena Pérez-Jaén, calificó como un retroceso.

Yo haría una reflexión, comisionado Laveaga, porque yo lo veo cada vez más temeroso de votar con convicción, con compromiso con el derecho de acceso a la información, con la transparencia, vamos en retroceso o con sus posturas ambiguas y contradictorias. Seguramente no quiere ser incómodo, me queda claro que usted nunca lo ha sido, es un tema que ya discutimos esta mañana y se lo digo, usted detiene boletines de prensa de asuntos gravísimos de violaciones de datos personales en posesión de particulares que votamos por obvias razones en sesiones privadas, le dijo.

Usted no quiere ni incomodar al sector público ni al sector privado, a lo mejor ya le ofrecieron trabajo, pero la única certeza que tengo es que usted nunca será recordado ni en este instituto ni en el ámbito de la transparencia ni del acceso a la información como un hombre con convicción en estos temas, no será recordado como un prohombre de la transparencia.

Con la condena de sus compañeros, Laveaga trató de salvar su propuesta y sugirió que se votara por partes, convirtiendo la sesión en un juego de confusiones que no lograba entender ni la secretaria Carmen Azuara.

Para enredar más el asunto, Laveaga pretendió ceder para que se publicaran nombre y monto de los créditos de 2007 al 2010.

¡Ahí está el engaño, ya están publicados, comisionado Laveaga, no es que nosotros no queramos, eso ya está publicado, no nos trate de engañar!, le respondió Pérez-Jaén, pues dicha información ya estaba publicada en la página del SAT, pero sin asociar nombres y montos.

Al final, el galimatías quedó aprobado en parte, con votos disidentes de todos los comisionados, a excepción de Laveaga, que se ofreció a reformar el proyecto.