e acuerdo que en el Manuscrito encontrado en Zaragoza de Jan Potocki las historias se repiten, pero siempre son distintas como en Las mil y una noches.
Me acuerdo que cuando leo a Potocki me intriga por qué nunca se sabe si lo que pasa en la novela es pesadilla, ilusión o realidad.
Me acuerdo que Jan Potocki se suicidó con una bala de plata y que cuando se disparó en la cabeza sus sesos se desparramaron por la habitación.
Me acuerdo que Potocki termina su gran novela Manuscrito encontrado en Zaragoza con una formidable explosión que lo destruye todo.
Me acuerdo que en el Adolfo de Benjamin Constant la narración empieza con un manuscrito encontrado en un albergue.
Me acuerdo que para mi añorado amigo Luis Cardoza y Aragón las erratas pueden dar pie a escritos geniales.
Me acuerdo que Luis Cardoza y Aragón decía que los tres grandes muralistas eran dos: Orozco.
Me acuerdo que reúno mis sobras, me divierte mucho pensar que mis sobras serán reunidas.
Me acuerdo de un anuncio en una librería: La lectura perjudica seriamente a la ignorancia.
Me acuerdo de Dostoievski cuando leo esta noticia: Un ex profesor ha sido detenido en la región de los Urales en Rusia como sospechoso de haber matado a puñaladas a un amigo durante una disputa sobre los géneros literarios.
Me acuerdo que no recuerdo bien a bien si Elías Canetti o Walter Benjamin escribieron la siguiente frase que cito de memoria: Si miramos atentamente a un animal, tenemos la sensación de que dentro hay un hombre escondido y que se ríe de nosotros.
Me acuerdo que la obra de Kafka es profética, escribía Walter Benjamin en un ensayo sobre el escritor checo: Las singularidades sumamente precisas de las que está repleta la vida deben ser entendidas por el lector sólo como pequeños signos, indicios y síntomas.
Me acuerdo de una de las instrucciones que Alexander les daba a sus discípulos: Permite que tu cuello se libere, para que con esto tu cabeza vaya hacia delante y hacia arriba, para que con esto tu espalda se alargue y se ensanche.
Me acuerdo que me sorprende la rapidez con que los mensajes aparecen, desaparecen y reaparecen en las redes sociales, como los colibríes.
Me acuerdo con íntima nostalgia provinciana desearía que no desaparezca el libro impreso en papel.
Me acuerdo con íntima nostalgia provinciana que ojalá pudiera aprenderme de memoria el Primero sueño.
Me acuerdo con íntima nostalgia provinciana que desearía que los colibríes sigan volando y libando de mis sábilas.
Me acuerdo que mi nostalgia provinciana se contentaría si el pasado simple no hubiese sido desterrado del español de España.
Me acuerdo con íntima nostalgia provinciana que me gustaría que todos los tiempos verbales regresasen a nuestra lengua.
Me acuerdo con íntima nostalgia provinciana que sigo usando mi falda hasta el huesito.
Me acuerdo con íntima nostalgia provinciana que la lluvia ha ahuyentado a mis colibríes.
Me acuerdo con íntima nostalgia provinciana que hay que decirles adiós a las cosas que tanto nos gustaban y que ya no existen más.
Me acuerdo con íntima nostalgia provinciana de López Velarde.
Me acuerdo que a un amigo muy querido sus padres no le pusieron frenos en los dientes.
Me acuerdo, horrorizada, que en mi vocabulario aparecen cada vez más ciertos vocablos reiterativos.
Me acuerdo que la ostentación de la mancha y la austeridad del remiendo, eran según Eça de Queiroz las características más distintivas de uno de sus personajes llamado Pacheco.
Me acuerdo que se debe ayunar en Yom Kippur para que nos perdonen nuestros pecados.
Me acuerdo de un amigo maligno, maldad que despliega mientras no se trate de su salud, su presión, su rinitis alérgica, su perro, su criada, su predial, sus humedades internas y las de su casa.
Me acuerdo de que el universo está dejando de producir estrellas y los espermatozoides de los europeos se degradan.
Me acuerdo que leí que los hombres que tienen los testículos pequeños, son padres abnegados.
Me acuerdo que no entendí la razón de esa noticia.
Twitter: @margoglantz