La desocupación laboral afectó en marzo de este año a 5.25 por ciento de la población económicamente activa del país (PEA), según los resultados ajustados por estacionalidad de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), que permiten la comparabilidad mensual de sus componentes, después de que en febrero esa tasa fue de 4.81 por ciento. El nivel de marzo es el más elevado desde noviembre de 2012, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Sin ese ajuste y con datos originales, que son los empleados en la comparación anual, el organismo ubicó en 4.80 por ciento la tasa de desocupación en marzo de 2014, la cual fue mayor a la de 4.51 por ciento observada en el mismo mes de 2013.

Al dar a conocer los resultados preliminares de la ENOE, el Inegi indicó que en los 32 centros urbanos más numerosos del país la búsqueda infructuosa de ocupación laboral durante marzo afectó a 5.60 por ciento de los habitantes de 14 años y más que realizaron acciones para encontrar un empleo remunerado.

Puntualizó que las cinco entidades con mayor tasa de desocupación en marzo fueron Tabasco, con 6.71 por ciento de su población económicamente activa en esa situación; Coahuila, 6.36; Aguascalientes, 6.31; Distrito Federal, 6.26, y el estado de México, la entidad más poblada del país, con 6.03 por ciento.

Por el lado contrario, los estados con las menores tasas de desocupación laboral fueron Guerrero, con 2.04 por ciento de su PEA desempleada; Yucatán, 2.51; Campeche, 2.64; Chiapas, 2.71, y San Luis Potosí, con 2.79 por ciento de desocupación.

Los resultados parciales de la ENOE revelaron también que las actividades informales dan más ocupación que las del ámbito formal de la economía. Según éstos, en marzo de este año 58.42 por ciento del total de la población ocupada del país trabajaba en la informalidad, una proporción mayor a la de 58.03 por ciento observada en el tercer mes de 2013.

Otra de las características del desempleo, señalada por el Inegi, se refiere a la instrucción académica. En marzo, 78.9 por ciento de la población desocupada contaba con grados de escolaridad de niveles medio superior y superior, mientras el 21.1 por ciento restante no concluyó sus estudios de secundaria.