Washington, 16 de abril.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instó hoy a la oposición republicana a que escuche la voluntad del pueblo y permita de una vez la votación de un proyecto de reforma migratoria en la Cámara de Representantes.

Este llamado ocurre al cumplirse un año de la presentación en el Senado de una propuesta de ley migratoria bipartidista que fue aprobada a finales de junio.

Desde entonces la normativa está bloqueada en la cámara baja, donde la mayoría republicana ha rechazado una y otra vez permitir el avance de cualquier iniciativa migratoria, incluso una propuesta bipartidista similar a la del Senado, la HR 15.

Los republicanos no han hecho nada más que ofrecer excusas por su fracaso a la hora de actuar, lamentó también la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nan-cy Pelosi.

Pero el nuevo llamado de Obama y los demócratas, que deja clara la visión de la Casa Blanca de que la responsabilidad en el avance de una solución para los más de 11 millones de indocumentados en el país depende de los republicanos, ocurre también en momentos en que el presidente enfrenta crecientes presiones de activistas migratorios que hasta ahora eran sus aliados.

Ante la falta de avances en el Congreso, muchos activistas han tornado los últimos meses sus demandas a la Casa Blanca, a la que exigen que actúe por la vía ejecutiva, esto es, vía decretos, para al menos paliar las deportaciones que continúan separando familias mientras no se logre una reforma migratoria.

Obama, quien ha expulsado a más de un millón 700 mil inmigrantes durante su gestión, ordenó a su secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, una revisión de las prácticas de deportación para ver si se pueden implementar de manera más humana, pero insiste en que no puede actuar a golpe de decreto y que la solución reside en el Congreso.

Así se lo hizo saber una vez más la víspera a un grupo de líderes religiosos con los que discutió en la Casa Blanca sobre la reforma migratoria, según relataron éstos a periodistas al término de la cita.

En este contexto, 40 indocumentados, incluidos 14 mexicanos, con antecedentes penales, fueron detenidas en el este de Texas al cabo de una operación policial que duró tres días, dijeron autoridades federales.