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Se acabó, vamos por invasores extranjeros, bandidos y terroristas, advierte el ejército

En marcha, operativo para desalojar oficinas del gobierno en Ucrania

Carros blindados y soldados llegan a ciudades del este

Aumenta la crispación entre pro rusos y pro occidentales; paliza a un candidato presidencial ucranio que apoya la separación

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Elementos del Ministerio del Interior llegan al centro de la ciudad de Izium, en el este de Ucrania, donde cerca de 300 hombres armados se atrincheraron en la sede del gobierno local y la delegación policial. El gobierno pro occidental de Kiev echó a andar ayer la operación antiterrorista para recuperar todos los edificios ocupadosFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de abril de 2014, p. 27

Moscú, 15 de abril.

Tras reforzar la frontera con Rusia con tropas llegadas de las regiones occidentales del país, el ejército ucranio, el Ministerio del Interior y el servicio de seguridad (SBU) comenzaron este martes lo que denominan la operación antiterrorista para recuperar los sitios –sedes administrativas y delegaciones policiales, sobre todo– que desde hace varios días retienen en una decena de ciudades y poblados del este de Ucrania hombres armados que no reconocen al gobierno pro occidental de Kiev.

Se acabaron los ultimátums; tuvieron tiempo más que suficiente para deponer las armas y ahora combatiremos a los invasores extranjeros, bandidos y terroristas, señaló el general Vasili Krutov, al mando de la operación.

Las autoridades insisten en que las milicias populares están formadas por ex integrantes de las unidades antidisturbios Berkut, ayudados por efectivos de las fuerzas especiales del GRU (inteligencia militar rusa), a quienes se unen habitantes pro rusos de cada localidad.

El presidente en funciones de Ucrania, Aleksandr Turchinov, afirmó que la operación es secreta y se desarrollará de forma paulatina, puntual y responsable, pues no quieren causar víctimas mortales entre los civiles desarmados que, junto con los hombres armados, ocupan los edificios.

Por la noche, Turchinov informó que concluyó con éxito un operativo conjunto del Ministerio del Interior y el SBU, y retomaron el control sobre el aeródromo militar de Kramatorks, en la región de Donietsk, que retenía una quincena de milicianos armados.

Las agencias noticiosas mencionan que durante la balacera murieron cuatro hombres con uniforme militar sin distintivos y al menos dos resultaron heridos, y se desconoce el número total de detenidos.

En tanto, una veintena de carros blindados y medio millar de soldados llegaron hoy a la ciudad de Izium, a 40 kilómetros de Slaviansk, también en Donietsk, donde cerca de 300 hombres armados, entre ellos el grupo al mando del oficial ruso del GRU, Igor Strelkov, cuya voz fue identificada en las conversaciones telefónicas interceptadas por el SBU, se atrincheraron en la sede del gobierno local y la delegación policial.

En ese contexto aumenta la crispación en la sociedad ucrania entre los pro occidentales y los pro rusos, que cometen reprobables agresiones físicas contra todo aquel que defienda públicamente su derecho a pensar diferente, alimentando con las venganzas un círculo vicioso de violencia recíproca.

Así el candidato presidencial pro ruso Oleg Tsariov, que aboga por la separación de las regiones del sur y el este de Ucrania, recibió una paliza anoche cuando se dirigía a los estudios de un canal de televisión en Kiev, cuando un numeroso grupo de exaltados militantes neonazis rodeó al político y sus guardaespaldas.

Los agresores atribuyen a Tsariov –entre otras cosas– que sus seguidores en la ciudad de Jarkov, el pasado domingo, golpearon con bates de beisbol a jóvenes que hacían un plantón pacífico en favor de la unidad de Ucrania.

Y ayer mismo, también en Kiev, otro candidato presidencial pro ruso, Mijail Dobkin, sufrió en carne propia lo que le pasó al primer ministro y político pro occidental Arseni Yatseniuk cuando visitó Jarkov en febrero anterior: le rociaron la cara con zelionka, un antiséptico de color verde, y le echaron harina en el pelo, impidiendo que participara en unos debates por televisión.

Son hechos lamentables que no contribuyen a sentar las bases para un arreglo político de la grave crisis que afecta a Ucrania durante ya casi cinco meses.