Bogotá, 15 de abril.

La decisión de someter al escritor colombiano Gabriel García Márquez (Aracataca, 1927) sólo a cuidados paliativos, en la intimidad para protegerlo, es digna y respetable, consideró el médico colombiano Carlos Castro.

La medida que tomó la familia y asumo que también él, de no hacerse más tratamiento, sino el manejo colectivo, es una decisión muy respetable e inteligente, declaró Castro, director científico de la Liga contra el Cáncer, a la radio local.

Comentó que el tratamiento que se brinda al Nobel de Literatura 1982, en su domicilio en México, busca controlar los síntomas y ofrecerle una mejor calidad de vida en su convalecencia.

La finalidad es tratar de aliviar o prevenir los síntomas asociados con una fase terminal de una enfermedad maligna, como parece ser el caso del maestro García Márquez, dijo el especialista.

En un comunicado, difundido anoche en la ciudad de México, la familia de García Márquez informó que el escritor está muy frágil de salud, aunque su condición es estable y con riesgos de complicaciones por su edad.

Mediante la misiva, la esposa y los hijos del novelista colombiano agradecieron la solidaridad con el autor de Cien años de soledad y pidieron respeto por su intimidad, durante su convalecencia.

García Márquez abandonó la semana pasada el hospital donde recibió atención médica durante varios días por un cuadro de deshidratación y un proceso infeccioso pulmonar y de vías urinarias. Salió el día 8 de vuelta a su casa donde convalece desde entonces, acompañado por su familia.

Estable, pero frágil

La hermana del Nobel colombiano, Aída García Márquez, confía en la recuperación de Gabo, aunque también está preparada para un desenlace contrario a sus esperanzas.

Uno quisiera que las personas fueran eternas, que no murieran, pero la vida tiene su principio y su final, es una realidad y hay que aceptarlo, dijo hoy a Caracol Radio en declaraciones telefónicas desde Barranquilla, donde reside.

Añadió que respeta la voluntad de la familia, que pide no estar indagando por la salud del escritor a cada instante, como también respeta la decisión de García Márquez de ser atendido en su casa de México, donde vive desde hace décadas, en lugar de permanecer internado en una clínica.

Mercedes Barcha, esposa de Gabo, y sus hijos, Gonzalo y Rodrigo, precisaron hoy que el Nobel se mantiene estable, pero muy frágil.