Cultura
Ver día anteriorMartes 15 de abril de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Quizá el mejor afrodisiaco es la imaginación, expresa Celia Gómez Ramos

Narra autora cómo pensamos y sentimos las mujeres el placer; publica Sin Dios y Sin Diablo
 
Periódico La Jornada
Martes 15 de abril de 2014, p. 5

Amor, romance, fantasías eróticas, apasionado sexo, candente voyerismo y un negocio de entretenimiento muy adulto, forman parte de la vida de las protagonistas de la novela Sin Dios y sin Diablo (Plaza y Janés), de la escritora Celia Gómez Ramos.

La autora narra y contrapuntea la historia de Carlota, una mujer pueblerina de principios del siglo pasado, tía abuela de la joven y hermosa Camila, cuya vida ha transcurrido en la ciudad y descubre el diario erótico y sensual de Carlota, quien se mantuvo soltera toda su vida.

Carlota es una mujer curiosa en torno a las cuestiones sexuales, quien intentó romper los cánones de su tiempo, vivió su adolescencia en una época marcada por un profundo machismo, en la que no se acostumbraba hablar de los asuntos del corazón, por prudencia.

Eran tiempos en los que las mujeres tenían que ser honestas, discretas y reservadas, e ir a misa acompañadas de las hermanas o primas.

En ese contexto, Carlota es pretendida y se enamora de un capitán del ejército, cuando se empieza a gestar la guerra cristera. Su romántica relación, sólo sustentada en las cartas que ambos se enviaban, sin tener nunca contacto físico, queda truncada con la muerte del amado capitán.

Carlota, entonces, empieza a imaginar y a escribir lo que hubiera sido esa relación tan anhelada e íntima. Fue como empezar a seducirse ella misma, desde la palabra.

Carlota y Camila

Camila es una chica citadina, adoptada, también curiosa, nacida en los años 70 del siglo pasado, que en las vacaciones visita siempre a su tía abuela, a sus primos y primas, familiares, estos últimos, que juegan también un importante papel en la educación sentimental y erótica de Camila.

Ella tenía 11 años y Carlota 80, cuando la adolescente descubre el sensual diario de su tía abuela, lo que transformará su vida futura, pues con el afán de no padecer lo que Carlota vivió en su juventud, Camila decide jugar con los hombres, pasarla bien y no enamorarse, además de incursionar como empresaria, junto con su amiga Marcia, en el negocio del entretenimiento para adultos, en el que está permitido absolutamente todo, excepto la pedofilia y la pederastia. De alguna manera el sueño, las fantasías, el deseo carnal de Carlota, se encarna en Camila.

Sin Dios y sin Diablo es una novela que busca dejar testimonio de cómo hombres y mujeres nos hemos ido transformando respecto de la visión que tenemos del amor, del romance, pero también en torno a la satisfacción del placer.

Se trata de una historia en la que se entreteje el romance y el erotismo, pero también el tema de la vejez, la soledad y la familia.

Aquí, continuó la escritora, se intenta reflejar cómo las mujeres pensamos y sentimos el placer, a través de distintas escenas románticas y eróticas. Desde el intercambio sólo de miradas y epistolar entre los enamorados Carlota y Pascual Beltrán, pasando por distintas e intensas relaciones sexuales, hasta los entretenimientos para adultos, del más candente voyerismo, que se llevan a cabo en la Casa Abigarrada, donde se leen y se escenifican cuentos eróticos.

Para mí es importante escribir sobre erotismo y sexualidad, expresó Celia Gómez Ramos, porque es parte de nuestras motivaciones humanas. Finalmente, es nuestro cuerpo y nuestra mente, lo que nos mantiene en este mundo. Quizá el mejor afrodisiaco es la imaginación, en ese sentido, la novela también pretende provocar en el lector o lectora, humedades y erecciones, concluyó la autora.