Opinión
Ver día anteriorJueves 10 de abril de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Hollande en México: intercambio cultural
L

a visita de un jefe de Estado a otro país no es una simple cortesía, una recepción más o menos mundana, comentada en las páginas de sociales de los diarios. Múltiples gestiones, a todos niveles, se llevan a cabo antes del encuentro entre los mandatarios del Estado que se visita y del que recibe al invitado.

Los recientes viajes del presidente de Francia, François Hollande, a China y a Estados Unidos son ilustraciones notables de los intercambios de miras políticas y de negociaciones financieras. Se evitan los temas desagradables, al menos en forma pública, tales las transgresiones a los derechos humanos en la nación asiática y otros no menos importantes en relación con derechos de injerencia en tal o cual país según los intereses más financieros que humanitarios.

El número de empresarios que acompañan al presidente francés en sus visitas a otros países es a la medida de la importancia económica que implica la nación visitada y en lo que ésta puede corresponder. Los intercambios no son gratuitos: China, por ejemplo, sabe negociar: puede aceptar la construcción de un avión o de un metro en su territorio, a cambio, desde luego del aprendizaje de sus ingenieros y diversos expertos de los conocimientos científicos y técnicos que Francia puede aportarle. No se trata ya, como en la época colonialista, de otorgar un contrato sin una contrapartida que, a la larga, deba convertir al aprendiz en competidor. Así, son impensables, en la actualidad, la concesión de una obra aeronáutica, automotriz, nuclear, química, de transporte u otra, que pudiese conducir a una dependencia neocolonialista.

Las condiciones deben establecerse con claridad, sin temores ni sumisiones de un lado, con despotismo y prepotencia del otro. Obama, por ejemplo, fue directo cuando reprochó a Francia las visitas de empresarios a Irán –aunque quepa preguntarse si esta amonestación no es para quedarse con ese futuro mercado. ¿Bush no distribuyó contratos en Irak, entre sus amigos, antes de proceder al ataque?

François Hollande visita México después del enfriamiento de relaciones que condujo a la anulación de L‘année du Mexique en France. Esta anulación hizo perder mucho dinero a México sobre todo, aunque también a Francia. No se trató sólo de los capitales invertidos en la celebración de ese año dedicado a México, sino también de inversiones suspendidas. No todas. Los negocios no fueron los más afectados. Fueron los intercambios culturales los que más sufrieron las consecuencias.

Muchos actos programados fueron anulados: exposiciones de culturas prehispánicas, muestras pictóricas, representaciones teatrales y de danza, traducciones, conciertos, y otros acontecimientos que harían conocer en Francia la cultura mexicana a un gran público que lamentó esta suspensión.

Cabe reconocer, sin embargo, que esta anulación hizo hablar más de México que de países invitados otros años. El escándalo tiene sus ventajas.

Creo que debe aprovecharse este encuentro entre México y Francia para impulsar los intercambios culturales. La exposición Diego-Frida en la Orangerie demuestra las repercusiones del arte en el diálogo entre naciones.

Durante los años que llevo en Francia, he contribuido desde mi posición particular y de manera benévola, a estos intercambios. Ejemplo, las traducciones, entre los mejores, de José Emilio Pacheco y Alejandro Rossi. Me ha tocado intervenir, cuando solicitan mi opinión, en exposiciones de artistas mexicanos en Francia y viceversa. En este sentido, debo decirlo, cuesta más trabajo hacer traducir a un escritor francés en México que a un mexicano en esta nación.

En Francia, los mundos del arte y de la edición ven con desconfianza las imposiciones de una cultura oficial. Buena idea que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ayude al pago de traductores, como lo hace el Centre National du Livre en Francia. Ayudar no es intervenir. Y los intercambios deben ser tales, pues no hay buen tratado que no aproveche a ambas partes.