Islamabad, 9 de abril.

Casi medio centenar de muertos y unos 200 heridos fue el resultado de una serie de atentados este miércoles en Pakistán e Irak.

Una bomba oculta en una caja de fruta y accionada a control remoto estalló en un concurrido mercado de Islamabad, capital paquistaní, provocó 24 muertos y dejó un centenar de heridos. Se trata del atentado más mortífero en la ciudad desde 2008.

Aunque los estallidos de potentes bombas suceden con frecuencia en ciudades paquistaníes como Peshawar, en el noroeste, y la portuaria de Karachi, en el sur, son raros los ataques en la capital, donde residen diplomáticos, generales y altos funcionarios del gobierno.

El talibán paquistaní negó ser responsable del atentado; en un comunicado enviado por correo electrónico a la prensa afirmó que respeta el cese del fuego de un mes decretado el 1° de marzo, y que ayer anunció que se extenderá hasta el 10 de abril.

En Irak, donde están próximas a celebrarse las primeras elecciones parlamentarias desde la retirada de las tropas estadunidenses en 2011, una ola de atentados con coches bombas sacudieron cinco distritos de Bagdad, todos habitados mayoritariamente por chiítas, con saldo de al menos 24 muertos y más de 100 lesionados.

Los ataques coincidieron con el aniversario de la caída de la capital ante las fuerzas invasoras estadunidenses en 2003, con el pretexto de que Saddam Hussein escondía armas de destrucción masiva, que nunca se encontraron.

El más letal de los bombazos ocurrió en la ciudad de Numaniyah, 80 kilómetros al sur de Bagdad, en una concurrida zona comercial, y fue seguido por un coche bomba que estalló cuando varias personas se reunían para ayudar a las víctimas de la primera explosión. Los demás artefactos estallaron en las zonas de Shaab, Shammaiya, Karrada y Maamil. Ningún grupo se atribuyó los ataques.