Una selección cronológica de la obra de Hernán Bravo Varela (DF, 1979), que abarca 15 años de trayectoria, está reunida en el poemario Prueba de sonido: antología personal (1997-2012).

El libro, publicado por Lágrima de Batavia, será presentado este viernes en la Casa Refugio Citlaltépetl. Se trata de una colección de 15 años de sonidos reflejados en distintas superficies, explica el autor en entrevista.

Aunque, aclara, “no todos los poemas incluidos se han mantenido iguales desde su primera edición; los que provienen de los dos primeros volúmenes sufrieron numerosas reconstrucciones.

“Es una suerte de relectura de mis cuatro libros antes publicados y me pareció una buena oportunidad replantearme un trabajo hecho con tanta distancia.

“Es natural –prosigue el también ensayista–, que uno con el tiempo no se lea igual, porque uno tampoco es el mismo”.

Por esta razón traté de mantener de alguna manera la frescura de aquel poeta que a los 17 años de edad escribía con una fantástica y hasta envidiable insensatez.

Ecos en la hoja en blanco

En tres lustros, señala Hernán Bravo, se adquiere autoconciencia de los medios, de las formas y del propio lenguaje. Leerse a sí mismo, después de muchos años, es una especie de encuentro de carácter borgiano.

Respecto del título de la antología, explica: “Independientemente de la edad que uno tenga y de los años que hayan corrido por la escritura, el autor siempre se hace audición a sí mismo o realiza una prueba de canto.

“De alguna manera –continúa– el proceso de lanzamiento de la página en blanco se asemeja mucho al proceso físico llamado reverberación y cómo éste permite que las palabras dichas hace una fracción de segundos no mueran sino transcurran, hagan eco en el espacio y lleguen al final con la misma e invariable nitidez”.

Esta reverberación se define como “una colección de sonidos reflejados sobre la superficie de un recinto –un teatro o un auditorio– y es, según la acústica, una condición deseable porque permite superar la caída de la intensidad sonora”.

La finalidad de Prueba de sonido “es dar a entender que el oficio y tarea de la poesía tiene que ver directamente en cómo repercutimos en el espacio vacío de la hoja en blanco a través de caracteres y de qué forma éstos nos devuelven en su reflejo –cuando rebotan en los cuatro extremos de la página– una imagen de nosotros y del mundo”.

El escritor es profesor del Programa de Escritura Creativa de la Universidad del Claustro de Sor Juana y es conductor de la emisión de literatura Café de nadie, transmitida por Radio UNAM.

El poemario será presentado mañana a las 19 horas en la Casa de Refugio Citlaltépetl (Citlaltépetl 25, colonia Hipódromo Condesa. Participan la poeta Myriam Moscona y el autor.