Pretoria, 8 de abril.

Oscar Pistorius lloró a gritos mientras testificaba en su juicio por asesinato, lo que obligó al tribunal a decretar un receso cuando el sudafricano describía los momentos del crimen, tras darse cuenta de que había disparado a su novia Reeva Steenkamp por la puerta del baño de su casa.

Me senté al lado de Reeva y lloré, relató el atleta amputado de ambas piernas, al contar que rompió la puerta del baño para descubrir a Steenkamp herida de muerte. No sé cuánto tiempo estuve allí.

Dijo que le disparó al confundirla con un intruso encerrado en el baño.

El pasado martes fue la primera vez que habló públicamente sobre el incidente del tiroteo, ocurrido en la madrugada del 14 de febrero de 2013.

La fiscalía señala que la historia de Pistorius es mentira y que disparó a propósito a su pareja después de una pelea.

El llanto de Pistorius obligó a la juez Thokozile Masipa a decretar un breve receso. Cuando la magistrada regresó puso fin a los trabajos del día.

El paralímpico está acusado de homicidio premeditado por la muerte de Steenkamp, y encara una condena mínima de 25 años de prisión.

En la primera parte de su testimonio, Pistorius reconoció que él y Steenkamp en ocasiones tenían problemas, pero afirmó que lograron resolverlos, que estaban enamorados y planeaban pasar la vida juntos.

El atleta sudafricano fue conducido por las preguntas de su abogado Barry Roux en un intento de contradecir las acusaciones de que el atleta es una persona temeraria e imprudente, que tiene obsesión por las armas de fuego y es propenso a los ataques de ira.