Los gritos de Goya, Goya se mezclaron con los de Gloria, Gloria al término de la segunda de dos funciones en homenaje a Gloria Contreras, directora fundadora del Taller Coreográfico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para lo cual la coreógrafa estrenó Alas para Malala y La bella durmiente (pas de deux).

Ataviada con una camiseta de los Pumas, la bailarina –que el 15 de noviembre cumplirá 80 años–, salió a escena y recibió flores y aplausos del público que la noche del domingo abarrotó el Teatro de las Artes, del Centro Nacional de las Artes (Cenart), para el reconocimiento organizado por el Sistema Nacional de Fomento Musical del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

Eduardo García Barrios, director de la Orquesta Escuela Carlos Chávez, perteneciente a ese sistema nacional, explicó que Alas para Malala, de Arturo Márquez, fue estrenada el pasado 26 de noviembre como himno del Movimiento Nacional de Agrupaciones Musicales Comunitarias. Esa encomienda me la hizo Rafael Tovar (presidente del Conaculta) para articular este movimiento nacional como parte del Programa de Prevención de la Violencia, expresó García Barrios.

Ahora se estrenó la versión coreográfica de esa obra de Márquez, en la que Contreras muestra una juventud, a la vez que fuerza e intensidad corporal.

Antes de la presentación se proyectó un video en el que da las gracias por la sinfonía Malala Yousafzai, la joven paquistaní quien fue baleada en la cabeza por un talibán, debido a su activismo en favor del derecho a la educación de las niñas.

Conferencia-concierto

Gregorio Luke, hijo de Gloria Contreras, se encargó de conducir la conferencia-concierto. Con apoyo de material visual relató la vida y obra de su madre, describió Alas para Malala como un canto libertario, de un dinamismo tremendo, ya que doña Gloria trata de recrear el vuelo en los cuerpos de los bailarines. Surge la figura de Malala y después todas las alas a su alrededor que elevan su pensamiento. En la puesta participó el Coro Infantil de la República, con integrantes de entre seis y 17 años, que vistieron trajes típicos.

El segundo estreno mundial, La bella durmiente, que recrea la escena del beso, está dedicado a Ricardo Hahn y todos los médicos que rescatan a los pacientes de la muerte y les devuelven la vida.

Luke precisó que la coreógrafa la concibió tras enterarse de que un médico personalmente se había encargado de salvar a su esposa agonizante.

El programa incluyó Concierto en Re (primer movimiento), estrenado en 1967, con la pianista Lidia Guerberof como solista, y Eioua; contó con la participación del Ensamble Escénico Vocal del Sistema Nacional de Fomento Musical. Además, fue la última obra de Contreras que vio el coreógrafo ruso George Balanchine, anotó Luke.

También se bailaron Romeo y Julieta, a 450 años del natalicio de Shakespeare; Huapango, de Moncayo, estrenado en Nueva York en 1958 y, a petición popular, Danzón número 2, de Márquez.

Luke dijo que su madre está en la mejor etapa de su carrera, pues realiza una cantidad de obras nuevas, poderosas, relevantes.

La filosofía dancística de la coreógrafa, dijo, resume el rigor del ballet clásico, la expresividad de la danza moderna y la libertad de la danza popular. Además, es un tipo de danza que rechaza el racismo.

Contreras ha cumplido las dos metas más difíciles de una institución artística: la creación de un repertorio original y el desarrollo de un público amplio y regular.