Falta ley secundaria, señala funcionario
Sábado 5 de abril de 2014, p. 8
Momentos después de haber tomado posesión de la presidencia del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello dimensiona el complejo escenario que tiene enfrente: Ya tenemos INE, pero todavía tienen que conjurarse los riesgos para las elecciones de 2015, no en el sentido de que no vayan a realizarse, pero si no hay legislación secundaria a tiempo y bien hecha se va a tener que llevar a cabo en condiciones de zozobra jurídica
.
En entrevista con La Jornada, Córdova Vianello advierte de las preocupaciones institucionales, porque si no se acomoda la legislación secundaria a la Constitución vamos a tener un margen de discrecionalidad que no le conviene a nadie, ni a ciudadanos ni a partidos, por la incertidumbre que produce y, por supuesto, no le conviene al órgano electoral
. Creo que una institución electoral con atribuciones discrecionales es, paradójicamente, profundamente débil por la exposición a la que está sometida.
Para Córdova, el principal desafío del INE es continuar y, de ser posible, ampliar el proceso de reconstrucción de la confianza que en algún momento se mermó en torno a los órganos electorales, proceso en el que se avanza muy lento. La pérdida de confianza ocurre de manera muy rápida. Si el INE no entrega buenas cuentas en 2015, habrá certeza de que la confianza en la autoridad se va a erosionar de manera muy consistente
.
Con el tiempo apremiante, el consejero presidente del INE sostiene que adelantar el proceso electoral podría no ser la mejor opción, porque presionaría los tiempos para los preparativos de la elección, entre ellos la designación de consejeros locales y la adecuación de los reglamentos a la reforma legal. Aún hay tiempo para ambas cosas, pero depende de las leyes secundarias que fijen los criterios.
–¿Cuáles son las preocupaciones centrales del presidente respecto de la reforma?
–Los vacíos que advertimos estando en el IFE. Las preocupaciones que externamos respecto de la reforma electoral siguen vigentes; ya tenemos INE, pero los riesgos para las elecciones de 2015 se tienen que conjurar, no en el sentido de que no va a poder llevarse a cabo, pero si son elecciones que se van a realizar, si no hay legislación secundaria, a tiempo y bien hecha, se van a tener que realizar en condiciones de zozobra jurídica, porque hoy lo que tenemos es un INE que rige su actuación en un Código Federal de Procedimientos Electorales que no se corresponde con lo que dice la Constitución.
Hoy sabemos que el INE puede atraer una elección estatal con mayoría de ocho votos, pero no sabemos nada más. Ni en qué momento pudiera darse la atracción, ni por qué razones ni tampoco a cargo de cuál erario. Si el INE atrae la elección será con cargo a su propio presupuesto, o ejercerá el presupuesto estatal previsto. Es decir, todo esto tendría que construirse sin ningún tipo de base jurídica cierta.
–¿Será una condición excepcional para poder realizar esta elección?
–Sin duda, muy compleja.Sobre todo porque la primera elección en la que se ponen a prueba normas, procedimientos e instituciones, siempre tiene una complejidad particular, porque también es una prueba del ácido para verificar la consistencia.
–¿Hay posibilidad de dejar a los consejeros electorales locales en sus posiciones donde habrá elecciones?
–Es una posibilidad extrema, pero si hay condiciones de hacer los nombramientos, creo que hay que cumplir el mandato constitucional. Lo que no podemos tampoco permitirnos –sé que el tiempo es apretado– es que por complejidades en la instrumentación dejemos sin concretar lo que han sido algunas de las razones que inspiraron esta reforma electoral, que tiene que ver con la dimensión estrictamente local.
–¿Qué va a pasar con la Junta General Ejecutiva? ¿Habrá ratificaciones?
–Tenemos que hacer un diagnóstico. Partimos de una base sólida, es la principal virtud que hoy existe, pero todos los procesos deben, sin anticipar qué va a pasar, porque tiene que ver con una decisión colectiva discutirlo, pero contamos con una buena base, profesional y con experiencia.
Sobre el replanteamiento de la relación con el tribunal electoral, Córdova sostiene:
Yo aspiro a que volvamos a tener como la que al principio de la década pasada se tuvo, con atribuciones mucho menos graves para la autoridad electoral y para el tribunal. Es decir, autoridades electorales, que con respeto a sus atribuciones se hablan permanentemente, sin lugar a dudas, que generan un mejor contexto para procesar las elecciones.