Sábado 5 de abril de 2014, p. 7
En el último día del Instituto Federal Electoral (IFE) no hubo balance de los aciertos o errores del organismo; nadie tomó la palabra para plantear rezagos o proyectos pendientes, y menos se habló de la operación en 23 años para mantener actualizado un padrón de 39 millones de electores, en 1991, o de 84 millones, en 2012.
Nadie hizo referencia a los 3.7 millones de ciudadanos que, en conjunto y en más de dos décadas de existencia del IFE, participaron como funcionarios en alguna de las 936 mil casillas instaladas en los comicios organizados en ese lapso en el que hubo ocho elecciones (cuatro presidenciales, dos con alternancia), y cuatro elecciones intermedias.
La vida del IFE significó también la organización de comicios para poder contar, en conjunto, poco más de 630 millones de votos que permitieron definir a cuatro presidentes, 544 senadores, 4 mil diputados federales y al primer jefe de Gobierno del Distrito Federal.
La única que dio un mensaje fue María Marván, la última consejera presidenta y única mujer en ocupar el cargo.
Destacó que este día será recordado como un momento de inflexión, cambio y quiebre.
“Hoy, 4 de abril de 2014, es la fecha de una transformación institucional. Frente a un dramático cambio constitucional viene la renovación del consejo, nuevas personas, nuevos aires, nuevos estilos (…) Estoy cierta de que las autoridades electorales contribuirán al fortalecimiento de la democracia”, expresó.
Con el cambio la democracia saldrá fortalecida
, dijo como últimas palabras en su función de consejera, de la que se fue –expresó– serena y con la satisfacción del deber cumplido.