Conocida la información de que el desenlace en el nombramiento de los consejeros del instituto nacional electoral (INE) es inminente en la Cámara de Diputados, ayer por la tarde se realizó el último relevo en la presidencia rotativa del Instituto Federal Electoral (IFE). María Marván, quien será la última presidenta del organismo, sostuvo: ‘‘El final de una época está cerca, concluirá su vida el IFE y habrá de nacer el INE; el reto no es pequeño, la nueva institución no podrá retroceder un ápice de lo conquistado’’.

Con la certeza de que la desaparición del IFE es cuestión de horas, ya se proyectan los preparativos para la transición. De concretarse los nombramientos hoy, el instituto sesionará por última vez mañana al mediodía; será una sesión solemne para finiquitar los últimos pendientes y dar una suerte de adiós a la institución. Dos horas después, a las 14 horas, se iniciaría formalmente la nueva era del INE, y quien sea designado consejero presidente rendiría protesta solo y posteriormente harían lo propio los 10 consejeros.

Durante una breve sesión, convocada solamente para la rotación de la presidencia y el cambio en la integración de las comisiones, Marván señaló la importancia que ha tenido el IFE en la transición democrática del país, que ha permitido eliminar la existencia de un partido hegemónico para dar paso a una composición plural del Congreso.

María Marván Laborde, al momento de rendir protesta como presidenta del IFEFoto Guillermo Sologuren

‘‘Frente a la profundidad de la reforma constitucional no había tiempo que perder, era indispensable pensar en sus implicaciones prácticas, había que configurar las tareas que se le impondrían a la nueva institución para preparar su realización’’.

Marván subrayó la importancia de que haya ‘‘un compromiso de todos los actores con el sistema, que es ante todo un compromiso; esa lealtad a las reglas no necesariamente será visible, debe subyacer en la racionalidad de sus acciones, abonará en el fortalecimiento, tanto de la democracia como de la ciudadanía’’.

Para la consejera presidenta del IFE, ‘‘aunque México ha transitado exitosamente a la democracia electoral, su débil cultura en esta materia pone en riesgo permanente el proceso de la consolidación; el andamiaje legal es, sin lugar a dudas, condición necesaria para garantizar la competencia entre fuerzas políticas y permite, en última instancia, elegir a nuestros representantes. Sin embargo, no es condición suficiente para el afianzamiento de la democracia’’.