La falta de consistencia y de un manejo adecuado, homogéneo e integral del embarazo y de las urgencias obstétricas han impedido la reducción de la mortalidad materna. Aunque el país cumple las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otras, de proporcionar al menos cinco consultas prenatales, sirven de poco porque carecen de calidad, aseguró Javier Mancilla Ramírez, director del Instituto Nacional de Perinatología (Inper) Isidro Espinosa de los Reyes.

Señaló que la primera consulta médica de la mujer embarazada debería darse, por lo menos en el primer trimestre de gestación e incluir la realización de un ultrasonido, pero esto no forma parte de la rutina en el primer nivel de atención (centros de salud o clínicas familiares) del sector público.

En entrevista, a unos días de concluir su gestión al frente del Inper y como aspirante a mantenerse al frente del organismo –en un proceso de elección donde también participan los doctores Jorge Arturo Cardona Pérez y Ricardo Juan García Cavazos–, el directivo puntualizó que con frecuencia las consultas se limitan a visitas en las que no se exploran los factores de riesgo de complicaciones como la hipertensión asociada al embarazo (preclampsia). Esta es la principal causa de muerte materna y se puede detectar desde el primer trimestre de gestación.

La mortalidad materna es un problema grave de salud pública, prevenible en la mayoría de los casos, pero causante de 960 decesos en 2012, de acuerdo con los datos más recientes del Observatorio de Mortalidad Materna, es decir, más de 42 por 100 mil partos de nacidos vivos.

Mancilla Ramírez, quien ha sido criticado por sus posturas en contra del aborto y la reproducción asistida, señaló las deficiencias de los servicios médicos para frenar las muertes maternas y comentó sobre la alternativa de solución diseñada en el Inper, la cual funciona desde 2010 en la delegación Iztapalapa del Distrito Federal.

Dijo que el ultrasonido también puede detectar malformaciones congénitas graves del feto y otras alteraciones del desarrollo, pero en el primer trimestre de la gestación sólo tienen acceso al estudio quienes pueden pagarlo. Por eso, la mortalidad materna es común entre las de bajo nivel socioeconómico y educativo.

El Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud ha identificado 125 municipios con los mayores niveles de muertes de mujeres por causas asociadas con el embarazo, parto y puerperio. Ahí se llevarán centros de atención integral del embarazo diseñados en el Inper.

En una primera etapa y mediante convenios de colaboración con vigencia de seis años, las unidades se instalan en cuatro municipios. Los más avanzados están en el Hospital de la Mujer de Yautepec, Morelos, y en el Hospital Las Américas, de Ecatepec, estado de México. También habrá en Guadalajara e Irapuato. Éstos se sumarán a centros de salud en Iztapalapa, donde la estrategia opera desde 2010. Se ha atendido a 800 mujeres, con las cuales se comprobó que es posible bajar entre la mitad y dos terceras partes complicaciones, como nacimientos prematuros, bajo peso al nacer, preclampsia, diabetes gestacional y, por tanto, la mortalidad materna.

La ampliación de la estrategia prevé modelos de intervención para la atención integral al adolescente, nutrición del niño menor de dos años de edad, estimulación temprana y lactancia materna.

También se da atención a problemas de salud mental de la embarazada, vinculados a violencia intrafamiliar, presente en hasta 40 por ciento de las mujeres de las localidades seleccionadas.

Incluye, asimismo, centros de simulación clínica: espacios de capacitación con maniquíes robotizados que emulan situaciones de riesgo de complicaciones y muerte materna y/o fetal.

El objetivo es que los médicos identifiquen y eviten errores. Para ello contarán con asesoría, vía Internet, del personal del Inper, donde también habrá un centro de simulación clínica. La plataforma tecnológica dará asesoría en el manejo de casos reales, concluyó.