César Chávez
l 31 de marzo ha sido declarado día de fiesta nacional en Estados Unidos para recordar al luchador social César Chávez. Su historia es de sobra conocida y suman decenas los homenajes que ha recibido con motivo de los largos y penosos años en que entregó su vida para organizar a los trabajadores del campo en el país vecino. En ese contexto de homenajes el novel director mexicano Diego Luna llevó a la pantalla algunos momentos de la vida del fundador de la Unión de Trabajadores Agrícolas (UFW, por sus siglas en inglés).
Independientemente de los méritos artísticos del filme, vale destacar el esfuerzo de Luna por recrear una lucha que, por sus características y alcances, parece no haber concluido y cuyo horizonte aún se ve lejano. Gracias a la lucha de la UFW los avances en las condiciones de trabajo en el campo han mejorado, pero es un hecho que continúan las violaciones a los derechos laborales de quienes día tras día hacen posible que los productos del campo lleguen a las mesas. Las violaciones de los empresarios agrícolas a las condiciones establecidas por las leyes laborales son cotidianas. En las agencias gubernamentales responsables de vigilar y sancionar esas normas, los litigios no cesan. Desafortunadamente, muchas demandas se pierden en los laberintos de un sistema jurídico al que no siempre tienen acceso los demandantes.
La esencia y el significado de la lucha de Chávez no puede ni debe circunscribirse a un sector de trabajadores. Esto es más claro aún en momentos en que se multiplican los ataques contra las organizaciones laborales, con el objetivo de desmembrarlas y lograr su extinción. No ha sido otra la intención del gobernador del estado de Wisconsin cuando maniobró para que los trabajadores de la educación perdieran el derecho de contratarse colectivamente, y tampoco cuando el gobernador del estado de Tennessee interviniera para evitar que los empleados de la planta Volkswagen se incorporaran a la Unión de Trabajadores de la Industria Automovilística.
No hay duda de que César Chávez continúa siendo un ejemplo a seguir en la lucha de todos los trabajadores por garantizar mejores condiciones laborales mediante su sindicalización. Por ello, el homenaje que Diego Luna le rinde con su trabajo es oportuno y justo.
Es paradójico que en los créditos de la película aparezca como coproductora la empresa Televisa, monopolio que no se distingue precisamente por apoyar las luchas de los trabajadores. Hubiera sido difícil que César Chávez estuviera de acuerdo con tal despropósito.