De nuevo, Oaxaca
Amenazas y ejecuciones
Mensajes ¿electorales?
AMLO piensa en el 2018
un cuando formalmente dejará el poder en 2016, Gabino Cué ya ha perdido buena parte de los hilos que mueven la realidad política y social de Oaxaca. Ha cedido frente a la rectora fuerza magisterial que desde allí nutre y dirige al movimiento nacional de resistencia a las reformas peñistas en materia educativa y también frente a grupos caciquiles regionales y ante la recomposición priísta que tiene la vista puesta en el regreso al poder local en las próximas elecciones. En ese contexto se han sucedido en esa entidad diversos asesinatos de indudable significación política, el más reciente el de Ignacio García Maldonado, colaborador cercano de Flavio Sosa Villavicencio, el más conocido de los miembros de la directiva colegiada de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y luego diputado local por el Partido del Trabajo.
García Maldonado fue encontrado muerto junto a Emmanuel Jesús López Martínez, éste sin relación política con Sosa Villavicencio. En Comuna Oaxaca, la organización a la que pertenece el mencionado Flavio, se tomó tal asesinato como una suerte de mensaje confirmatorio de las amenazas y rumores sobre acciones violentas contra personajes disidentes relacionados con la revuelta social de 2006. Por lo pronto, la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca decidió emitir medidas cautelares a favor de varios de los dirigentes de la citada Comuna, entre ellos el propio Sosa Villavicencio y su hermano Horacio, César Mateos Benítez, Efraín Solano y Gilberto López Jiménez. Por su parte, Gabino Cué sigue navegando, mientras el propio gobierno federal se vuelve susceptible de desconfianza por razones electorales.
Una fuente relacionada con los activistas amenazados relató ayer lo siguiente: La semana pasada, debido a la escalada en el tono de las cada vez más creíbles amenazas de muerte contra Flavio Sosa Villavicencio, la dirigencia colectiva de Comuna decidió que éste saliera de la ciudad, lo que finalmente ocurrió el pasado jueves por la mañana, acompañado por otro compañero nuestro. Pensamos que ello disminuiría los riesgos tanto para él como para el resto de nuestra organización, pero menos de cuarenta horas después confirmamos nuestra equivocación. Ayer sábado confiamos la seguridad de Flavio a una institución ciudadana que no consideró prudente que nos acompañara en la conferencia de prensa de hoy, en el centro de Oaxaca, ni precisar si se encuentra en el estado
.
En ese contexto, el pasado jueves 27 Flavio Sosa salió de la ciudad de Oaxaca, después de poco más de una semana en la que se corrió fuertemente el rumor de que había en Oaxaca una persona contratada para matarlo. Consideramos que el recrudecimiento del clima de hostilidad puede deberse a la posición crítica que Comuna Oaxaca ha mantenido permanentemente hacia los gobiernos estatal y federal por la falta de investigación y castigo a los crímenes cometidos desde el Estado contra el movimiento social de 2006-2007 y por la inacción oficial para solucionar la conflictividad agraria que mantiene bajo violencia a centenares de comunidades oaxaqueñas, confrontadas entre sí incluso por la vía de las armas
.
Andrés Manuel López Obrador dijo en Los Ángeles, California, que podría ser candidato presidencial por tercera ocasión, en 2018, si la vida se lo permite y si el pueblo
así lo desea. No es el único perseverante. También se aferran a lo rutinario los poderosos factores que le impidieron llegar a la Presidencia de la República en 2006 y 2012 (fraudes electorales que apenas alcanzaron para una ínfima diferencia oficialmente establecida, en el primer caso, y para un desbordamiento numérico en la segunda ocasión, debido a las artes de las tarjetas Mónex y Soriana y de otros financiamientos en efectivo). En particular, se afina el mecanismo renovado
del viejo Instituto Federal Electoral que ahora sustituirá el vocablo federal
por nacional
, pero que mantendrá las mismas mañas, objetivos e incluso directivos, pues los cuatro supervivientes del IFE pasarán ahora al INE, en abierto arreglo con los tres principales partidos nacionales que forcejean aún en busca de mayores porcentajes del pastel electoral pero que a fin de cuentas cerrarán filas para que en las próximas elecciones todo siga igual.
Pensar en 2018 es una licencia personal que se otorga AMLO a pesar del gravísimo cuadro de fortalecimiento de las peores prácticas políticas y electorales en este periodo de peñismo avasallante. Pero también es una forma de mantener presente su imán personal en los comicios del año entrante, cuando seguramente su partido, Morena, confirmará porcentualmente su registro en las urnas a las que por ley debe ir en solitario (no por concesión de sus líderes, ni por táctica voluntariamente decidida), pero en las cuales no necesariamente obtendrá grandes triunfos individuales (los Chuchos aseguran que un resultado concreto de 2015 será que la votación de la izquierda se divida y ni PRD ni Morena ganen en espacios que son suyos, como el DF, pero sí abran el camino a que el PRI por sí mismo, o aliado con el PAN, tenga avances que no se habrían dado si el sufragio de las izquierdas se diera en pro de una sola opción). Por lo pronto, en los estados donde habrá elecciones de gobernador se ha registrado una urgencia de los mandos morenos por hacerse de precandidatos. El propio López Obrador se ha esmerado en buscar que determinados personajes acepten las postulaciones que luego serán aprobadas en procesos internos.
Y, mientras en el PAN pelean para ver cuál de los dos candidatos a dirigirlo es más confesamente priísta, más dado a actos de corrupción y menos confiable, con Gustavo Madero ganando la gran mayoría del consejo nacional y denunciando videos en su contra y Ernesto Cordero haciendo que en sus actos coreen consignas contra los moches exigidos por legisladores a alcaldes para gestionarles recursos federales, ¡hasta mañana!
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