Encomian el compromiso y valiente militancia del autor de Los muros de agua
Miércoles 26 de marzo de 2014, p. 6
Como un símbolo de integridad política y literaria, como el más vital, honesto, irreductible, contradictorio y revolucionario de los escritores mexicanos, así se definió a José Revueltas (1914-1976), en la mesa redonda efectuada el lunes en la Casa Lamm, para conmemorar el centenario del autor de Los muros de agua.
Virgilio Caballero, Edith Negrín, Evodio Escalante y Javier Guerrero, encomiaron el compromiso y valiente militancia política de Revueltas, así como su gran obra literaria, por ser un tipo de autor que se aparta de los esquemas convencionales.
“Revueltas –explicó Escalante– no es el escritor liberal que hace una carrera literaria, como Carlos Fuentes, Octavio Paz u otros autores. No es tampoco el escritor académico, que vive de dar clases y que publica los resultados de sus investigaciones, como por ejemplo don Antonio Caso, Samuel Ramos y tantos otros. Revueltas representa, como nadie en el país, el tipo de escritor comprometido y autodidacta por excelencia, que no está en los escalafones del poder o la gloria literaria”.
Su compromiso, destacó Escalante, siempre fue con sus ideas políticas. Y eso, en un México que va de los años 30 a los 70, implicó militar en la clandestinidad y exponerse a la represión y sufrir distintos encarcelamientos. Revueltas es un escritor muy complejo, que lo mismo escribió extraordinarias novelas, soberbios cuentos, obras de teatro, guiones de cine, crónicas, ensayos de teoría estética, política y filosófica, así como textos sobre la historia de México. Su registro es polifónico
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Escalante recordó cómo la cárcel marcó a Revueltas, pues a los 15 años ingresó a la correccional, antes de los 18 lo enviaron por primera vez a las Islas Marías y después fue recluido en Lecumberri, luego del movimiento estudiantil de 1968. No fue un escritor marginado, pues fue distinguido con los premio Nacional de Literatura y Xavier Villaurrutia.
Intensidad incendiaria
Los ponentes recordaron la crítica que Revueltas hizo al Partido Comunista por lo que fue expulsado y creó la Liga Leninista Espartaco, de la que también salió. Al respecto Virgilio Caballero, quien formó parte de esa Liga y mantuvo una amistad muy cercana con Revueltas, indicó: “Eso forma parte de la tragedia y de la intensidad incendiaria de la vida de Pepe Revueltas: siempre expulsado, siempre rechazado, siempre en conflicto personal y militante político.
Vivía y escribía para ayudar a salvar a México
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Javier Guerrero armó un diálogo imaginario entre Mario Vargas Llosa y Revueltas, en el que este último le respondía distintas cuestiones al escritor peruano, como su interés por despertar conciencias y cómo su literatura siempre está asociada a la acción política.
Edith Negrín explicó cómo en las novelas y cuentos de Revueltas “encontramos una proliferación de espacios cerrados, prisiones y apandos. Hay en los textos revueltianos mucho más que el mero reflejo de sus vivencias carcelarias. Hay una concepción del hombre prisionero existencial”.
Para Revueltas, siguió la nivestigadora, la escritura fue tanto una vertiente más de su quehacer militante, como una expresión de sus más íntimos sueños y deseos que a veces entraban en contradicción con tal quehacer. Podemos decir que las novelas están más centradas en la política y la militancia y en sus cuentos expresa problemas vinculados con las pasiones humanas
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A su muerte, a los 62 años, dijo la catedrática, “Revueltas mantenía intacta la brillantez de la mente, pero su cuerpo estaba devastado por la intensidad de sus sentimientos, la continua actividad política y los reiterados encarcelamientos.
Asimismo, tuvieron su parte, el alcohol y las enfermedades
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